— Isabella… — La ronca voz de Máximo irrumpió en sus pensamientos, capturando la atención de la chica, que levantó la cara, avergonzada. — ¿Estás bien? — Preguntó Máximo, quien seguía con su semblante serio, la joven solo pudo asentir con un movimiento de la cabeza y simular una tenue sonrisa. En un acto inesperado para ella, pero muy consciente por parte de Máximo, él estiró su mano hacia la de Isabella, para tomarla con dulzura. — Tranquila… — La expresión de Máximo cambió por una más amable. — No tienes por qué tenerme miedo, no te haré daño. Isabella asintió, con el corazón acelerado, luego de un momento, ella retiró su mano de la de Máximo, lentamente, con disimulo. ¿De verdad él podría ser un buen esposo después de haberla rechazado por considerarla inferior?, ¿podría ser cierto?