El mismo día Miami Lourdes Tras abandonar el departamento de Gonzalo, conduje a la empresa, todavía con mi cabeza hecha un caos, más lo primero que hice cuando estuve en el piso de presidencia, fue aprovechar que era muy temprano para ingresar a la oficina de él, sentándome un instante en su silla teniendo mis ojos cristalizados, con un nudo en la garganta teniendo unas ganas de romper todo a mi paso, sin embargo, saque fuerzas para colocar encima de su escritorio el juego de llaves que me entregó de su pent-house confirmando que se acabó nuestra relación, sin poder guardar el dolor, la rabia, la decepción, son tantos los sentimientos que me consumían, al punto de haberme reclamado lo incrédula que pude ser, es que ni siquiera entendía como caí en las redes de Gonzalo, porque estaba con