El príncipe Juan buscó con la mirada a Eleonora en el bullicioso campo de torneo. La encontró regresando con su dama de honor. «¿Quién se cree esa miserable para atreverse a regresar cuando le he prohibido que se me acercará?» —¿A dónde has ido, Eleonora? Te he buscado por un largo rato. —Solo necesitaba tomar un poco de aire fresco. La atmósfera de tortura me abruma. En ese momento, el rey Leónidas, se acercó con una sonrisa. —Me alegra verlos compartir con entusiasmo. El diálogo es la piedra angular de un matrimonio sólido. ¿Cómo están disfrutando el evento? —Es un campeonato poderoso y con la compañía de Eleonora, es aún más… especial. —Juan tiene razón, padre. Este lugar puede ser abrumador, pero puede tener sus partes buenas. Gracias padre por perdonarle la vida a ese combati