Lady Evangeline se quedó preocupada al no poder ingresar al castillo de Ardenia para hablar con su amiga. Los guardias de seguridad, al identificarla, le prohibieron el ingreso y le advirtieron que no tenía permiso para entrar. Sin embargo, ella no podía quedarse de brazos cruzados. Con cautela, buscaría otra forma de entrar al castillo y hablar con su amiga. Buscó información sobre los horarios y patrones de guardia, observó las rutinas del personal del castillo y finalmente encontró la forma de poder llegar a Eleonora. Pero su rostro ya era conocido por los guardias y el personal, así que iba a necesitar la ayuda de alguien más. En la primera persona que pensó fue en Lady Isabella, ella más que nadie conocía muy bien a Eleonora y sabía que se alegraría de verla. Así que fue de
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