**************Día 1
Siempre había necesitado que me penetraran para llegar a mi clímax, por muy buenos que fueran con su lengua, nunca había conseguido terminar en la boca de alguien, llegué a pensar qué eso solo era un mito. Podían dejarme los labios vaginales hinchados y yo, no lo conseguía. Pero hoy ha sido diferente, con unos cuantos lametazos, chupadas y mordidas me hizo sentir el orgasmo más satisfactorio de mis últimos tiempos.
Aunque mis últimas parejas sexuales estaban chéveres, este hombre estaba: ¡Buenote! Tenías tres días para buscar la información que necesitaba. Así que debía empezar desde ya por encontrar algo. Cuando salimos de la ducha, sacó del clóset una caja con un gran albornoz de felpa rosado, me llegaba a los pies y aún tenía la etiqueta y entonces le dije:
__¿Me compraste un regalo? Amor es ¡Perfecto! Me encanta. __ Era evidente que era un regalo para alguien muy especial, pero ¡Me lo había buscado para que me lo pusiera yo! ¿Sería para esa tal Laura que mencionó? Bueno, no le dí tiempo de arrepentirse, lo agarre y me lo puse inmediatamente.
__ Estoy un algo cansado, ¿Podemos dormir un poco? __ Dijo él, señalando la cama. Yo encogí mis hombros y le regalé una sonrisa, me subí con cuidado y le besé su frente, él acariciaba mi cabello y dijo:
__¡Pareces un sueño hecho realidad! __ Yo no podía decir nada, esas palabras me habían conmovido, realmente era un estupendo hombre, pero en seguida apareció mi conciencia golpeando la realidad ¡No! ¡Ni se te ocurra Bethany Yurexca! ¿Ya olvidaste como te pagaron por enamorarte?
A mi conciencia, era a la única que permitía llamarme por mi segundo nombre, era un nombre terrible, siempre le había reprochado a mi madre por ello. Antes, nunca había tenido tiempo siquiera de pensar en cambiarlo, pero ahora lo estaba considerando.
En la escuela había sufrido bullying, los más populares me llamaban lluvia fresca, Yury yesca, Kit de pesca y muchos más, entonces lloraba cada vez que lo hacían. Por eso ¡Odio mi segundo nombre!
Él se giró en la cama y se quedó dormido, yo me estaba muriendo de hambre, pensar con hambre es muy complicado, entonces me levanté buscando la cocina. Abrí la nevera y encontré pollo, carne, embutidos, mariscos, me alejaría de los mariscos, toda la vida he dicho que soy alérgica pero la realidad es que no soporto el olor, me generan náuseas y me da pena explicar eso. Busqué en la despensa y encontré pasta, ya estaba haría una pasta con pollo.
Fue divertido intentar encontrar las cosas porque todo estaba muy bien organizado, y en mi mente tenía tres opciones: era muy maniático ordenando las cosas, lo hacía la empleada o tenía una novia que le mantenía todo en orden. Pero lo de la novia pues lo estaba dudando.
Ahora no podía cocinar con esta prenda tan hermosa que tenía puesta, así que iría por una sudadera de él. Regresé sin hacer ruido y otra sorpresa me encontré al abrir el clóset. Mi ex esposo conservaba un desorden en el armario, no importaba cuántas veces se lo ordenara se mantenía hecho un desastre, pero éste hombre tenía todo organizado por paleta de colores. ¡Maniático!
Tomé la primera para no desordenar y me la puse, me quedaría sin ropa interior después de todo algo de mi cola me alcanzaba a cubrir la polera. Llegué a la cocina, preparé café y comí con tostadas y mantequilla de maní, mientras estaba lo que prepararía, no sé cuántas horas llevaba sin comer, suelo ser muy hambrienta.
¡Yo me caso con este hombre Dios mío! Las especies era como una ver un desfile de primavera. Habían tantas que no sabría para que sirven cada una, a duras penas reconozco el comino, la pimienta, el orégano, la carmencita o cúrcuma (le digo carmencita porque mi madre nunca recordaba el verdadero nombre y siempre mencionaba el nombre de la línea de sazonadores) eso me indicaba que éste hombre era un poco exigente.
Me valía madres, porque cocinaría y lo más probable es que me inspiraría (es decir volvería esta cocina un chiquero) Ja, ja, ja, ja… Me río malignamente pues sabía que si le molestaba ver todo desordenado, cuando se despertará le terminaría dando un colapso emocional.
Encontré un iPod con audífonos inalámbricos. Lo encendí y solo tenía conciertos de opera. ¡Aquí voy de nuevo! Borré todo lo que había y descargue todos los géneros de músicas contrarios. Vallenatos, rock, hip hop, hasta música campesina, ja, ja, ja… ¡Pagaría por ver su reacción al escuchar ésta nueva musica!
Saqué todas las ollas porque no me decidía cual usar y así sucesivamente, con cada cosa que necesité, forcé mi pie para alcanzar una taza para medir el agua y me recordó que estaba lastimado. Pero había valido la pena porque todo había salido perfecto.
Subí el volumen a la música, me puse ambos audífonos y me centré a condimentar el pollo, lo haría en el horno y también pondría algunas verduras. La pasta sería a la carbonara. Había aprendido a cocinar gracias a mi madre, ella era una artista en la cocina.
Realmente olía exquisito. Hirvió el agua, agregué la pasta y una mano quitó un audífono de mi oreja, se había despertado y tenía cara de que me quería asesinar. Yo procuré no darle importancia y fuí a besar sus labios. Estaba tan molesto que no me respondió el beso entonces le dije:
__¡Arturo tu me querías matar de hambre, así que vine a cocinar! Pero me pasa algo extraño, no consigo recordar nada de ésta cocina. ¿Te molesta que te quiera consentir? __ Puse una mirada angustiada y le hice pucheros. Entonces él respondió:
__Tranquila, no te preocupes, es mi culpa por no pedir algo para comer. __ Es decir que no estaba molesto sino molestísimo, se puso un delantal y empezó a ordenar la cocina. Mientras estaba en eso, estuvo la comida y serví, le pedí que se sentara conmigo a comer y no lo hizo hasta que no dejó el último plato lavado, secado y en el lugar que le correspondía. Pero hice de cuenta que no había captado nada y seguí comiendo.
Le veía fascinado terminando su comida y al final habló:
__Debo admitir que tu receta ha embriagado mi exigente paladar ¡Gracias! __ Era el cumplido más rimbombante que había recibido por una de mis recetas. Entonces me levanté, agarré la polera de los bordes la estiré me incline e hice una reverencia.
Y fue así como observé la más bella sonrisa saliendo de sus labios. No le dí tiempo de terminar de sonreír y me le subí a horcajadas lo tomé del cuello y lo besé. Me estaba volviendo adicta a sus besos. Y fue justo allí en el comedor donde se enterró por primera vez en mis carnes.
Bajó su boxer, y me introdujo su duro m*****o, me llenaba por completo además esa posición “el trono del rey” otorgaba profundidad y mucho, muchísimo placer.
Gemía hasta que terminé gritando como lo hacen es esas películas porno, solo que ahora no lo estaba viendo sino viviendo.
Luego de eso se levantó, me ayudó a poner de pie, sacó mi polera, beso cada uno de mis senos, me giró y dijo:
_¡Encorva tu cuerpo y afianza tus manos en la silla! Quiero otra vista. __Hice lo que me pidió y me dió unos cuantos azotes en las nalgas. Luego me tomó de la cintura, empapó su m*****o con saliva y se enterró vehemente, inclinaba su cabeza hasta mi costado derecho de vez en cuando y me daba pequeños mordiscos.
Luego empezó a penetrarme con más fuerza y rapidez, hasta que gruñó como señal por alcanzar su máximo placer. Luego de una pausa inicio a besar mi espalda desde el cuello hasta mis pompis.
Ayudó a enderezar mi cuerpo y me tomó en sus brazos, el chorro de sus fluidos empezaron a salir de entre mis piernas. Y me llevó directo a la ducha. Nos aseamos con agua fría y nos enredamos de nuevo en las sábanas. Así finalizaba mi primer día en esa casa. No tenía prácticamente casi nada de él. Pero debía actuar con mucha tranquilidad para no levantar sospechas. Había intentado más de una vez explicarme qué no era mi esposo y que estaba confundida. Pero siempre encontraba la forma de persuadirlo.
__¡Mañana debo ir al trabajo muy temprano! No quisiera dejarte sola en casa, por eso haré una llamada para que venga Doña Sara y este pendiente de ti. ¿Quieres? __ Ahora me había cogido por sorpresa, con alguien en la casa no podría revisar a gusto para encontrar lo que necesitaba. Pero esperando que cambiará de parecer le dije:
__¡Si! Me parece magnífica idea pero ¿Por qué Doña Sara? Y ¿Ruby? ¿Qué hiciste con ella? ¿La despediste? __ Y entonces encajé mis cejas y le clavé la mirada esperando una respuesta.
__¡No, cielo! No le despedí, ella se fue de vacaciones. __ Entonces le sonreí y dije:
__¡Gracias mi amor! Ella es a la única que aguanto, las demás me ponen de mal humor. ¡Son muy metiches! Y si te fijas no tengo ropa, ya no recuerdo ¿qué pasó con mis cosas? Me podrías conseguir algo para vestirme mañana. Recuerdas que me encanta la ropa que hay en la tienda Zara, esa que está por el centro ¿Sabes cuál es? Esa que queda diagonal a la biblioteca.
__ Si, ya sé cuál es. ¡Te compraré algo! Pero entonces ¿Puedes quedarte sola hasta que regrese?__ Algo pensó y había cambiado de parecer ,ahora debería cerciorarme de que iría a la tienda que yo le decía:
__¡Si mi amor, puedo quedarme sola! Ya me siento mejor. Entonces ¿Me comprarás ese vestido amarillo que está en el exhibidor? Ese que tantas veces te he dicho que me encanta. ¿Sí? Y después que lo usé prometo dejar que me lo quites y me hagas lo que quieras. Será tu premio. __ Me mordí los labios y le guiñé un ojo.
__¡Te lo traeré! Pero primero dame un poco más de tu cuerpo, parezco adolescente, estás muy mamacita. __ Dijo y se posicionó encima de mi abdomen descubriendo los pechos para tocarlos con sus manos de una forma un tanto posesiva.
Aprovecharía al máximo estos tres días, nos daríamos placer como si no hubiera un mañana, tenía una forma de amar muy particular, era brusco pero sabía cómo tocar mi cuerpo, mientras él me tocaba estaba pensando que debía practicar bondage con este hombre, que solo con sus manos en mi cuerpo me hacía arder.
Mi respiración se aceleraba y sin tocar mis genitales, ni penetrarme ya estaba a punto de correrme, esos besos en mi cuello, y como me sujetaba el cabello me estaba enloqueciendo. Luego de eso me volteó y empezó a sobar mi espalda, me movía realmente excitada y estaba aguantando las ganas de decirle que me azotara y me amarrara.
Me giró y metió su boca entre mis piernas, me besó el vientre, se levantó, sacó un pequeño botecito de la gaveta, lo abrió y se embarró los dedos índice y medio de su mano derecha y me dijo:
__ ¡Ábrete de piernas para mí! __ Me moví un poco para quedar en el centro de la cama y abrí las piernas hasta donde podía, quedando completamente expuesta para él, sentía mi v****a palpitando, se posicionó en el medio y con su mano izquierda separó los labios y metió los dedos de su mano derecha, empezó con unos leves movimientos, pero eso que me había puesto me estaba volviendo loca de placer y le dije:
__ ¡Penétrame! ¿Quieres? __ Y así lo hizo, en menos de dos minutos estaba gritando, por su parte él si tardó para conseguir liberarse. Cuando terminamos los dos estábamos agotadísimos, me ubiqué boca abajo y me dormí como un bebé. Luego en la madrugada desperté con ganas de orinar, apagué la luz y lo abrigué con las sábanas, se veía tan hermoso dormido. ¡Oye Yurexca solo son negocios! ¡Céntrate!
Aunque me quería dormir no podía hacerlo de nuevo mis tripas crujían, así que fuí a la cocina por unos bocadillos. El sexo me generaba mucha hambre. Comí los que pude, y salí al balcón, me recosté en una cómoda a observar el cielo, la media luna y me quedé adormilada.