Día Cuatro Me había dicho aquellas palabras otra vez y sé que era cierto porque me pellizque varias veces para saber si era verdad. Aquel hombre que ahora dormía en mi cama, me había dicho que me quería, sin titubear, sin escusa y sin esperar una respuesta a cambio, solo lo dijo. Estoy casi segura que de ser ciertas debe haber sentido un alivio enorme y lo sé, porque si yo me animara, así me sentiría, aliviada y con diez kilos menos de preocupación. Observe a Ray mientras dormía una vez más, esta pequeña escena me recuerda la primera vez que estuvimos juntos, casi no recordaba el acto en sí, solo tenía algunos destellos de secuencias de lo que pareció una noche más candente de mi vida y la causante