Capítulo 11: El Precio De La Libertad

1215 Words
La madrugada trajo consigo un aire denso de decisiones y sacrificios. En el pueblo recién aliado, la calma era aparente, pero la realidad se sentía frágil. Los habitantes trabajaban con un ritmo inusual, conscientes de que su apoyo a Alina significaba el comienzo de una guerra abierta contra Gavric. Alina despertó con una sensación inquietante, como si los ecos de las batallas pasadas resonaran en sus sueños. La noche anterior había sido un punto de inflexión: el pueblo había aceptado unirse a la causa, pero las tensiones eran palpables. Ella era consciente de la magnitud de lo que estaban enfrentando y del peso de las expectativas sobre sus hombros. Kael ya estaba despierto, observando desde una colina cercana. Su mirada fija en el horizonte reflejaba preocupación, algo inusual en él. Alina se acercó en silencio, sus pasos amortiguados por la hierba húmeda del amanecer. “¿No pudiste dormir?” preguntó ella, rompiendo el silencio. “Dormir es un lujo que no me puedo permitir ahora,” respondió Kael, sin apartar la vista. “Pienso en cómo protegerte. En cómo protegerlos a todos.” Alina suspiró, cruzando los brazos contra el frío de la mañana. “No tienes que cargar con todo solo, Kael. Estamos juntos en esto.” Él la miró por un momento, una mezcla de admiración y pesar en sus ojos. “Lo sé. Pero mientras Gavric siga respirando, mi vida estará dedicada a mantenerte a salvo.” Preparativos Y Tensiones De regreso en el pueblo, los líderes de la resistencia discutían los próximos pasos. Eryon planteó la necesidad de reforzar las defensas del lugar mientras buscaban alianzas adicionales con otras comunidades cercanas. Maia sugirió aprovechar los recursos mágicos que aún quedaban en el bosque, aunque eso implicaba riesgos. “Hay un claro en el lado este del bosque,” explicó Maia, extendiendo un mapa sobre la mesa. “Es un lugar donde las energías antiguas todavía son fuertes. Si podemos acceder a ellas, podríamos crear un escudo temporal para proteger el pueblo.” “¿Y qué pasa con los peligros?” preguntó Lorne, cruzando los brazos. “Todos hemos oído las historias de lo que acecha allí.” “Los peligros son reales,” admitió Maia. “Pero si queremos resistir un ataque de Gavric, necesitamos toda la ventaja que podamos conseguir.” Kael y Selene llegaron en medio de la discusión, trayendo noticias inquietantes. “Encontramos rastros de actividad cerca del límite del bosque,” informó Selene. “Gavric está moviendo tropas hacia el este. Es probable que sepan que estamos aquí.” Un silencio tenso cayó sobre la sala. La posibilidad de un ataque inmediato puso a todos en alerta. “Entonces no tenemos tiempo que perder,” dijo Alina, tomando la palabra. “Necesitamos asegurarnos de que este pueblo esté preparado, y necesitamos decidir quién irá al claro para buscar esas energías mágicas.” La Misión Al Claro Finalmente, se decidió que Alina, Kael, Selene y Maia serían los encargados de ir al claro. Mientras tanto, Eryon y Lorne se quedarían en el pueblo para organizar las defensas y entrenar a los habitantes. El viaje al claro fue más complicado de lo esperado. El bosque, normalmente sereno, parecía inquieto. Cada crujido de ramas y cada susurro del viento ponía a los viajeros en alerta. Maia caminaba al frente, guiándolos con un pequeño cristal que brillaba con un tenue resplandor. “El claro está cerca, pero las energías aquí son volátiles. Manténganse juntos y no toquen nada que no reconozcan.” “Como si fuéramos a tocar algo en un lugar como este,” murmuró Kael, mirando de reojo un árbol cuyas ramas parecían retorcerse como si tuvieran vida propia. Alina se mantenía en silencio, concentrada en la misión. Pero no pudo evitar sentir una conexión extraña con el lugar. Era como si el bosque la reconociera, como si respondiera a su presencia. “¿Lo sientes?” preguntó Selene en voz baja, caminando a su lado. Alina asintió. “Es como si el bosque estuviera… vivo.” “No solo está vivo,” interrumpió Maia. “Está observándonos. Está probando nuestra intención.” El Enfrentamiento En El Claro Cuando finalmente llegaron al claro, el grupo se detuvo en seco. El lugar era impresionante y aterrador al mismo tiempo. Árboles colosales rodeaban un espacio abierto donde un círculo de piedras antiguas emanaba un brillo azul intenso. “Este es el lugar,” dijo Maia, avanzando con cautela. “Pero no estamos solos.” Antes de que alguien pudiera reaccionar, una figura emergió de las sombras. Era un hombre alto, con una capa oscura que parecía fundirse con el entorno. Sus ojos brillaban con un resplandor sobrenatural, y su voz era profunda y resonante. “Han venido por las energías del bosque,” dijo, más como una afirmación que como una pregunta. “¿Quién eres tú?” preguntó Kael, colocando una mano en la empuñadura de su espada. “Soy el guardián de este lugar,” respondió el hombre. “Y no permitiré que lo usen para sus guerras.” Maia dio un paso adelante. “No queremos dañarlo. Solo queremos proteger a nuestra gente. Gavric está destruyendo todo a su paso, y necesitamos una manera de detenerlo.” El guardián los estudió en silencio, sus ojos deteniéndose en Alina. “Eres diferente. Hay algo en ti… algo antiguo.” “Soy Alina,” dijo ella, alzando la barbilla. “Hija de Lysandra y heredera al trono. No buscamos destruir, buscamos salvar lo que queda.” El guardián pareció considerar sus palabras, pero antes de que pudiera responder, un rugido desgarrador resonó en el claro. Una criatura enorme, con colmillos afilados y ojos rojos, emergió de entre los árboles, atacando al grupo. La Batalla Y La Decisión El enfrentamiento fue caótico. Kael y Selene lucharon con todo lo que tenían, mientras Maia intentaba proteger el círculo de piedras. Alina, por su parte, se encontró cara a cara con la criatura, sus instintos despertando de una manera que nunca antes había experimentado. Con un grito, levantó una mano y una luz intensa salió de ella, impactando a la criatura y haciéndola retroceder. Todos se detuvieron, sorprendidos por lo que acababa de ocurrir. El guardián miró a Alina con una mezcla de asombro y respeto. “Eres más poderosa de lo que imaginaba. Quizás, después de todo, este lugar está destinado a ayudarte.” Con un gesto, permitió que Maia accediera al círculo de piedras, recitando un antiguo hechizo para canalizar las energías del bosque. El proceso fue agotador, pero finalmente lograron crear un artefacto que podría proteger al pueblo por un tiempo limitado. “Esto es solo el comienzo,” dijo el guardián, antes de desaparecer entre las sombras. Regreso Al Pueblo De regreso en el pueblo, el grupo fue recibido como héroes, pero la sensación de triunfo fue breve. Eryon les informó que los espías de Gavric habían sido avistados cerca, y un ataque era inminente. “Tenemos lo que necesitamos para protegernos por ahora,” dijo Alina, sosteniendo el artefacto. “Pero debemos prepararnos para lo peor.” Kael, observándola, sabía que la verdadera prueba estaba por venir. El precio de la libertad era alto, y todos estaban a punto de descubrir cuánto estarían dispuestos a pagar.
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