-¡¡AND IIIIII WILL ALWAAYS LOVE YOOOOU!! -canté a todo pulmón mientras que Ethan tenía la vena del cuello a punto de explotar-
-¡¿Puedes callarte, maldita sea?! -gritó. Sophie se reía en la parte de atrás- ¡Eres insoportable!
-¡Y tú eres un imbécil! -contesté furiosa- ¡¿Querías tratarme mal sin conocerme?! ¡Ahora sí tienes una razón para odiarme! -él apretó las manos en el volante y siguió conduciendo-
-Oh, mira, allá está la casa de la fiesta. -dijo Sophie- Estaciona detrás de ese auto rojo. -Ethan obedeció y nos bajamos-
-Al fin no tendré que escuchar tus alaridos de perra loca. -dijo él-
-Amas mis alaridos de perra loca. -dije, desapareciendo por la puerta de entrada-
¿Quería tratarme como basura? Ahora le di una razón para que lo hiciera. Maldito imbecil. Ya no me interesa el porqué de su actitud. Ahora iba a haber guerra. No sólo será una razón. HABRÁN MILES.
Caminé entre el gentío hasta llegar a una barra, le pedí vodka al barman y me lo sirvió. Por suerte, soy resistente respecto al alcohol. Puedo tomar mucho y no me emborracho.
Vagué por el lugar en busca de algo interesante, hasta que un chico pelirrojo, alto y guapo me invitó a bailar. Me agarró de la mano y me llevó a la pista. Allí empezamos a bailar provocativamente. Yo puse un brazo en su cuello y él una mano en la parte baja de mi espalda. Se movía muy bien, hasta que una mano me sacó de ahí de un tirón.
-¿Pero qué...? -miré al culpable- ¡Wes y la mierda! ¡¿Por que me sacaste de ahí?!
-Porque iba a violarte. -dijo infantilmente-
-Ya, claro que sí. Es que de seguro que sí podría. -dije sarcástica-
-Oye, viejo. Estaba bailando con ella. -dijo el pelirrojo y me agarró de la mano para llevarme de nuevo a la pista-
-No te la llevas. -dijo Wes agarrándome del otro lado-
-Si quieres una chica búscate otra, ella está conmigo ahora. -tiró de mi brazo-
-Oigan, par de simios, no soy de goma. -me solté de los dos- Tú. -señalé a mi hermano- Deja que haga lo que quiera. Sabes que puedo yo sola. No te necesito en esto. Ve a ligar por ahí con alguna zorra. -me giré- Y tú. -señalé al pelirrojo- Más te vale no propasarte conmigo. No te conviene.
-Bien. -dijo Wes ofendido- Nos vemos luego. -se dio vuelta y empezó a caminar. El chico con el que estaba me agarró de nuevo la mano y fuimos de vuelta a la pista-
-¿Cómo te llamas? -pregunté mientras pasaba mi mano por su pecho-
-Dan. -respondió- ¿Y tú?
-Gala. -sonreí y sentí que bajaba su mano. La agarré y la volví a subir-
-Lindo nombre. -apartó un cabello de mi cara- Y tu cabello es genial.
-Gracias. -respondí-
-¿Vamos afuera? -preguntó. Yo me sentía acalorada y cansada de tanto bailar, así que asentí y salimos de la casa. Me senté en una especie de banca o algo así que era bastante alta. Él se puso en medio de mis piernas y trató de besarme. Yo lo empujé- ¿Qué?
-No lo hagas.
-¿Por qué? -preguntó-
-No le regalo besos a cualquiera. -me bajé de la banca-
-Con uno sólo no pasa nada, linda. -me agarró de la cintura y trató de besarme de nuevo, pero, al instante, algo lo alejó de mí-
-¡Te dijo que no! -gritó Wes-
-No te metas en donde no te llaman, idiota. -dijo Dan, al instante aparecieron Troy, Marcus, Ethan y Sophie-
-¿Que sucedió? -preguntó Sophie-
-Este marica trató de besar a Gal a la fuerza. -dijo Wes mirándolo con desprecio-
-¿A quién le llamas "marica", imbecil? -dijo el pelirrojo y le pegó un puñetazo a lo hermano-
-¡¿Qué mierda te pasa, putito!? -grité yo, acercándome a Dan, pero alguien me agarró de la cintura y me levantó del suelo, así que no pude golpearlo. Wes lo agarró de la camiseta y empezó a pegarle en la cara hasta sangrar. Yo pataleaba y manoteaba para que me soltara sea quien sea, pero me sostenía con fuerza. Troy se acercó a Wes y lo alejó del idiota. Éste se fue corriendo de ahí- ¡Huye, niño de mami! -le grité a Dan- Idiota. -me removí incómoda- Ya puedes soltarme.
-Cierto. -dijo una voz gruesa detrás de mí y me soltó, me di la vuelta y vi a Ethan-
-¿¡Por qué mierda me agarraste?! ¡Iba a golpearlo! -exclamé, enojada-
-Porque ibas a romper tus uñitas, nena.
-Vete a la mierda, Ethan. -gruñí y miré a Wes- ¿Estás bien? -pregunté acercándome a mirarlo-
-Sí, tranquila. Sabes que estoy acostumbrado a golpes de verdad. Lo de él fue sólo una caricia. -dijo con suficiencia- ¿Te hizo algo?
-Tú sabes que habría desmantelado su organismo antes de que me hiciera algo. -escuché decir "Sí, claro" a Ethan. Al parecer él no cree que yo sepa pelear-
-¿Qué hacemos? -preguntó Sophie-
-Nos vamos a casa, ya es tarde y no tengo ganas de seguir lidiando con idiotas. -miré a Ethan-
-Ustedes no se van a ningún lado. -escuchamos decir. Nos volteamos a ver y estaba Dan con tres amigos- Ahora verán con quién se metieron.
-Oh, claro. -dije yo irónica y me reí- Esta nena no pudo sola y fue a por sus amiguitas. -miré mal a sus amigos- ¿Acaso no puedes luchar tu propia batalla, campeón?
-¿Qué no puede ser una pelea justa? -preguntó arqueando una ceja- Cuatro contra cuatro.
-Te acaban de derrotar en una pelea justa, bebé. -me puse justo en frente de él- ¿Quieres pelear? Hazlo conmigo.
-Te rompería esa linda cara que tienes en dos segundos, zorrita. -dijo acariciando mi mejilla. Lo quité bruscamente y lo agarré del cuello de la camisa para acercarlo a mí-
-¿Cómo me llamaste, animal?
-¿Cómo, zorrita? -dijo burlón-
-Repítelo. -dije, amenazante. Él no dijo nada. Lo solté y me di vuelta para caminar con los demás-
-Zorrita. -murmuró el pelirrojo. Yo me frené y miré a Wes que asintió como diciendo "Acaba con él". Me di vuelta y le encajé un puñetazo en la cara que lo hizo caer-
-La próxima vez que una mujer te pregunte qué dijiste, no es por que no escuchó. Es para saber si tienes los huevos suficientes para repetirlo. -él se levantó del suelo y yo me di vuelta para caminar. De un momento a otro vi a Ethan hacerme un lado y tirar una patada, al parecer Dan intentó golpearme-
A partir de ahí, los amigos de Dan y los amigos de Wes se pusieron a pelear entre sí, parecía una batalla campal. Puñetazos, rodillazos, patadas, codazos, cabezazos y jalones por todos lados. Sophie miraba asustada mientras gritaba que se separen. Wes noqueó a uno fácilmente, ya que él sabe lo que hace. Ethan dejó sangrando en el piso a uno mientras que Troy y Marcus peleaban con los otros dos.
Como era de esperarse, ganaron los chicos, dejando a los cuatro mariquitas quejándose en el suelo.
-¿Nos vamos? -dijo Wes-
-Sí. -contestó Sophie mientras revisaba la cara de Marcus, que tenía un corte en la ceja-
-Gala, tu mano está hinchada. -dijo Troy. agarrándola. No me había dado cuenta hasta que me lo dijo. Al parecer tenía la cabeza dura y, sin los guantes, eso pasó-
-Tranquilo, no me duele. Para mañana estará bien. Ustedes son quienes deben curar sus heridas. -me encaminé al auto de Wes- Vamos, tontuelo.
-Adiós... -se despidió Sophie con suavidad y se fue al auto de Ethan junto con Troy y Marcus que se despidieron con la mano. Yo subí al auto seguida de Wes. De pronto, me llegó un mensaje-
*En una hora en el bar.
No faltes, Little warrior*
Al parecer el número era de Buster. Pensé que me había salvado de ir hoy.
Al llegar a casa, me despedí de Wes y subí a mi habitación. Saqué un bolso de deporte y empecé a meter las cosas. Los guantes, el protector y la ropa. Me vestí con jeans y bajé por la escalera de mi habitación. Rodeé la casa hasta llegar a la cochera. Una vez allí saqué mi Harley y caminé con ella hasta estar lejos de casa y que mis dos simios no escucharan el sonido que hacía.
Al estar a una buena distancia me subí e hice rugir el motor.