Repítelo

Capitulo 8: La próxima.

Entré al bar, saludé a Ciro con un asentimiento de cabeza y salí por la puerta que daba al callejón para entrar finalmente a mi nuevo lugar de trabajo.

Divisé a Buster no muy lejos de ahí, hablando con dos despampanantes rubias con aspecto de gato. Caminé hasta ellos y las dos me miraron de arriba a abajo.

Rodé los ojos y le hablé a Buster.

-¿Cuánto falta? -le pregunté-

-Busty, amorcito, ¿quien es ésta? -dijo la rubia de la derecha-

-Una de mis luchadoras, nena. -contestó "Busty"-

-¿Esta fresita? -dijo despectivamente la rubia número dos-

-¿Quieres repetirlo, gata? -le dijede mala manera. Ella se asustó y se fue detrás de Buster- No quiero sociabilizar con animales, Buster. Responde.

-Dentro de diez, ve a prepararte. -no me despedí, fui directo a los vestidores. Pero antes de entrar vi a Joseph-

-Hey, Joseph. -saludé-

-Hola, Gala. ¿Lista para la pelea de hoy? -preguntó-

-Más que lista. -dije con seguridad- Pero antes quiero pedirte algo.

-Dime. -respondió con una sonrisa-

-¿Podrías presentarte como mi entrenador en las clasificatorias? No puedo entrar si no tengo uno.

-Claro que sí, Gal. -le sonreí y entré al vestidor-

Me puse un short n***o y un top deportivo rosado. Mis guantes eran negros pero con detalles turquesas, muy femeninos. Mi padre me había comprado todo esto antes del incidente con Sharon. Ajusté los guantes y agarré el protector bucal. A los cinco minutos tocaron la puerta, avisando que ya debía salir.

-CABALLEROS, HOY PELEARÁ LA GANADORA DE AYER, LA FRESITA QUE VENCIÓ A GINA FOSTER. AQUÍ ESTAAAAA "LITTLEEEE WAAARRIOOOOR" -gritó y todos empezaron a aplaudir. Malditos idiotas, ayer me abucheaban y ahora me aplauden. Yo empecé a caminar entre las personas hasta subir al cuadrilátero- EN LA OTRA ESQUINA TENEMOS A MARTHA "ROMPEHUESOOOOOOOOS" -de nuevo, todos aplaudieron y del otro lado apareció una mujer, similar a Gina pero un poco más alta y delgada, tenía cara de malota. Wes con pijamas de ositos daba más miedo que esa mujer. Si trataba de intimidarme, I'M SORRY, BABY, YOU CAN'T- QUE COMIENCEN LAS APUESTAS. -anunció Buster. El mismo proceso de ayer, esperar cinco minutos mientras todos despilfarran dinero y mi oponente me mira con cara de estreñimiento. ¿No podría ser más original?- LA PELEAAAAAR.

Martha se acercó a mi rápidamente y me pegó un puñetazo en el estómago que me hizo retorcerme, trató de pegarme un rodillazo pero lo frené y le pegué un codazo en el rostro. Se hizo para atrás, torpemente, mientras yo avanzaba arrojándole más puñetazos que la mareaban. La tiré al suelo y le hice una llave en la pierna, la cual resistió lo mas que pudo y se rindió, dándole golpecitos al suelo. Me levanté y fui a la otra esquina del cuadrilátero.

No vi venir cuando ella me pegó una patada que me desestabilizó y me hizo caer. ¿Qué me pasaba? Estaba dejando que me golpearan.

Empezó a pegarme pagadas que yo retenía con las manos, hasta que una me dio en la costilla. Me hizo estremecer de dolor, pero aún así le agarré el pie y la tumbé a mi lado. Me puse encima de ella y propiné varios golpes en la cara, ya sangrienta, de Martha.

Ella me hizo a un lado y yo me levanté rápidamente para seguir peleando. Me abalancé hacia ella y la agarré desde atrás, ahorcándola con mi brazo. Lentamente fue cayendo de rodillas, hasta que sentí los golpes en mi brazo para que la soltara. Lo hice y ella me agarró de la pierna para tirarme, se puso encima de mí, pero esquivé todos sus puñetazos. Le pegué en la garganta y ella cayó.

La levanté y le di un golpe en la sien que la desmayó.

-LA GANADORA EEES "LIIITTLEEEEE WARRIOOOOOOR" -todos los vítores se escuchaban en el lugar, "Little Warrior" resonaba por todos lados. Muchos apostaron por mí, ya que vi gente recibiendo dinero. Eso me alegró. Me quité el protector y fui a pedirle mi dinero a Buster.

***

-Gala, hora de levantarse -dijo papá, sacándome de mi sueño-

-Diez minutos más. -dije yo, tapándome la cara con la almohada-

-No es mi culpa que ayer no hayas dormido nada y anoche tampoco. Debes ir a la escuela, Gal. -¿Desde cuándo es tan estricto?-

-Vete a la mierda. -me quejé y me levanté. Él se rió y escuché cómo bajaba las escaleras-

Hice mis necesidades, me duché, sequé el cabello, maquillé, vestí y agarré mis cosas para ir a el maldito segundo día de clases, ya que el primero fue el viernes.

Me puse un jean roto a propósito, mis botas militares, una blusa blanca con letras negras que decían "NO TODAY" y mi chaqueta de cuero. Bajé a desayunar y el olor a tocino hizo gruñir a mi monstruo interior.

-Pareces un zombie. -dijo Wes- ¿Por qué últimamente no duermes nada?

-Porque el sábado luego de la fiesta llegamos tarde a dormir y ayer no dormí siesta. Así que, en síntesis, necesito descansar. -agarré mis tocinos- Quiero morir y reencarnar en un tocino. -dije, disgustando la carne de cerdo en mi boca- O en alguien que tenga que vivir a base de tocino. Tal vez tenga una granja de cerdos para poder comer siempre esto.

-Eres exagerada. -dijo Wes, levantando sus cosas para dejarlas en el fregadero. Yo, al terminar, hice lo mismo- Nos vemos en la escuela, tonta. -me dio un golpe en la cabeza y se fue corriendo a su auto. Yo corrí detrás de él, pero ya había entrado al coche-

Subí a mi moto y me puse el casco y la mochila. Arranqué y fui rápido a la escuela. Juro que, si no dormía pronto, iba a causar un accidente de transito.

Llegué al estacionamiento y dejé a mi bebé allí. Me quité el casco y caminé hasta el casillero para guardarlo. Cuando lo hice, me giré y vi a mi hermano dirigiéndose a mí. Llegó con cara de pocos amigos. Cosa rara, ya que, hasta hace unos veinte minutos, estaba bien.

-Oh, madre mía. Bajen todos los dioses del Olimpo ¡Wes Walker está de malas! -exclamé en broma. Él sólo gruñó y abrió su casillero- ¿Qué te sucede, Wes?

-Nada.. -murmuró y siguió metido en el locker-

-Oye, perra. -dijo una voz detrás mío, no me inmuté ya que no soy ninguna perra, deben estar hablándole a otra. Miré para el costado y estaban Ethan y Marcus acercándose. Sentí que tocaban mi hombro, así que me giré y vi a Dakota, fulminándome- ¿Quién te crees para hacer que mi novio se meta en peleas por ti? -se cruzó de brazos. No veía a Troy por ningún lado, así que no podía decirle que controlara a su mascota-

-Escucúchame bien, tonta. A mi no me vienes a hablar como se te dé la gana ¿Sí -la miré amenazante- Si tu novio quiso pelear fue su asunto. Yo no le dije que luchara contra nadie, pude hacerlo yo misma. -ella me miró divertida-

-Ya, claro. Seguro tu podrías arreglártelas sola. -se rió- Con mi novio no te metas, zorra. -se hizo para adelante para mirarme desafiante-

-Primero: Sí, puedo arreglar mis problemas sola. Segundo: Tu novio no me interesa en lo más mínimo, así que, a tus problemas personales, manténlos alejados de mí. Y Tercero: Repite lo que dijiste, gata en celo. -la miré esperando. Ella se rió, retorció un mechón de su cabello y me miró-

-Zorra. -hizo una sonrisa de autosuficiencia que cambio inmediatamente por una de horror al ver como me acercaba peligrosamente a ella, retrocedió hasta chocar contra la pared, iba a darle un puñetazo pero alguien tiró de mi brazo para alejarme de ella-

-¡Suéltame! -grité, pero sólo apretaban más el agarre. Dakota alzó la mochila que dejó caer y se fue rápidamente. Enojada, me di vuelta para encontrarme con Wes, no dejé que hablara y le di un puñetazo en el estomago- Debiste dejarme golpearla. -él tomó bocanadas de aire para componerse y me miró-

-¿Y dejar que te metas en problemas? -tomó aire- Yo creo que no. -se tocó el estómago- No era necesaria la violencia, nena.

-Esa idiota me provoca desde que llegamos. Si sigue así, no seré tan lenta la próxima vez. -me di vuelta y caminé hasta mi clase-