Manuel Muchas veces tus padres de hablan el sexo, de como se hacen los bebés y como protegerte, y a veces te lo ponen de tal manera que te asustan en demasía para que esperes a hacerlo, tal vez por eso en este momento tiemblo como una hoja al sentir los labios de Ainhoa besando los míos. Me siento tonto, inútil, lento, sin saber qué decir pero a la vez con millones de sensaciones recorriendo todo mi cuerpo que no sé como controlar. Ainhoa se aleja y a mi mente me vienen las palabras de mi madre “cuídala, cuídate, no lo hagas si no estás listo, si no están listos, no se forcen y si llega a pasar hazlo con delicadeza, con paciencia”. No sé si ella me lo dijo porque intuía que iba a pasar pero cuando la escuché, supe que serían las palabras que razonarían en mi mente. ―Vamos.― Me dice ell