Manuel Después del momento íntimo con Ainhoa todo lo que siguió pasando en el verano fue mínimo, porque eso era algo imposible de superar. Ver el torso descubierto de mi novia, el tocarla, sentirla, ver como su piel se erizaba y la dureza de sus pezones que por un breve instante desee besar, no podía compararse con el hecho de que mi padre me estaba dejando manejar el auto de la familia para hacer pequeños mandados o llevar a mis hermanas a lugares cerca de la casa. Sin embargo, mi esfuerzo y dedicación me ganaron el pase de poder ir por Ainhoa y llevarla a cortos paseos por unas horas y así al menos estar lejos de los ojos de nuestros padres que aveces parecía que salían de los lugares menos inesperados, por lo que al llegar por ella a su casa hizo que saliera corriendo hacia el auto y