Ainhoa
Después de lo que pasó en la fiesta y del regaño que nos salvamos, Manu y yo prometimos que jamás lo volveríamos a hacer porque en verdad fue peligroso y pudo haber habido consecuencias d ellas que pudiéramos arrepentirnos, por lo que hicimos la promesa de siempre cuidarnos mutuamente y ver con qué gente nos juntábamos que para ser verdad resolvimos que era mejor si nos juntábamos sólo nosotros dos y así lo hicimos.
El resto del verano nos la pasamos juntos los dos, teniendo tardes de calma, descansando recostadas en una manta sobre el jardín o en la playa dando paseos largos. A veces, los fines de semana que no teníamos clase de ritmos latinos, ballet o trabajo, porque sí para mi desgracia Mara siguió siendo su alumna, nadábamos en la playa o en la piscina para después ver una p
