Llego a mi casa y azoto la puerta al entrar. —¡Ey! ¡Ey! ¿Qué que he dicho de azotar puertas Manuel? — Me regaña mi madre mientras sale de la cocina con uno de los trapos. Al parecer está cocinando. —Lo siento.— Le respondo y luego subo corriendo las escaleras para darme una ducha antes de bajar a cenar. Puedo sentir los pasos de mi madre atrás de mí, al parecer no quedó en el azotón de puerta todo lo que me tiene que decir, así que sin prestarle mucha atención, entro a la habitación y comienzo a buscar mi ropa. —¿Qué pasó? — Pregunta. —Nada, no pasó nada.— Respondo. —Dime Manu, tú no eres del tipo de niños que esconde secretos.— Me dice e inmediatamente me siento en el pequeño sofá de mi habitación. —Me peleé con Ainhoa, la verdad es que yo no quería hacerlo, pero ella se eno