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Me sudan las manos, quiero que todo esté perfecto. - Seguro no te pondrá un jarrón en la cabeza por ignorarla todo el día. - Andrés, no me pongas peor, le dijiste a tu novia que hiciera lo que le pedí. - Sí, pero ¿por qué tenía que decirle eso? - Tengo mis motivos, mejor disfruta de tu excursión y no digas que nos soy un buen amigo. - Qué buen amigo, si lo que querías era sacarme de mi departamento. - Pudiste decir que no al viaje con tu linda dama. - No. En este mundo se vive de oportunidades y yo sé aprovecharlas todas. No me quemes mi casa. - Adiós — escucho el timbre. Bueno, suegros, ayúdenme a qué nuestra estrella se sienta como la reina que es. Abrí y veo esos hermosos ojos violetas que moría por ver, llenos de asombro, después de un par de saludos no aguante más y rodeé mi