Heinrich, a la mañana siguiente, llegó a la recepción. Tal como había prometido, Ms. Harden se encontraba allí para recibirlo. Adicional a eso, la recepcionista, la secretaria Windsor y los escoltan estaban alrededor de ella. La Sra. Windsor y la empleada lo miraron con cierta hostilidad. Había un aire tensión en el ambiente por lo que había ocurrido aquel día. Sus ojos no dejaron de enfocar a Ms. Harden, quien le dedicaba esa sonrisa tensa y altanera que solo ella sabía hacer. —Tengo una reunión con Ms. Harden —dijo él, mirando a la magnate. No saludó, ni rindió tributo a nadie. Levantó la tarjeta. La recepcionista aclaró su garganta. Sabía que ese estaba dirigiendo a ella, ya que era la misma frase que había dicho cuando había llegado en la ocasión pasada. Además del gesto del requisit