— Mi dulce flor. — escucho la dulce voz de mi amado que se acerca presuroso hasta el lecho donde me encuentro recostada para recuperar las fuerzas que perdí durante el parto. — ¿Te sientes bien? — pregunta con la voz preñada de angustia. — Perdoname por no haber estado a tu lado en un momento tan importante, perdoname por perderme el nacimiento de nuestra hija, perdoname mi dulce flor por dejarte sola durante tanto tiempo, perdoname por favor. — exclama suplicante se me parte el corazón en mil pedazos al escuchar lo sufrido de sus palabras. Me abrazo a él para reconfortarlo y transmitirle todo el amor que siento por él. Solcire llora sintiendo la presencia de su padre y a Helios se le iluminan los ojos al escucharla, puedo escuchar como late su corazón acelerado cuando Selene se acerca co