— Las ... sirenas ... se han detenido— finalmente logró decir después de que ya no saliera más agua de sus ojos, acurrucándose un poco más cerca de él porque esa era la única forma en que podía sentirse segura.
El asintió.
— Necesito ir a reposicionar...
— ¡No!— jadeó en pánico, agarrando su cuerpo con ambos brazos— por favor no te vayas
Hizo una mueca ante el contacto, aunque sonaba amortiguado, como si intentara ocultárselo.
— Oh no— susurró Raven— Capitán ¿estás herido?
Estaba tan oscuro que todavía no podía ver nada, pero sus manos torpes no necesitaban luz para darse cuenta del calor y la pegajosidad que estaba sangrando profundamente por una herida en su brazo.
— Oh no, oh no— dijo, comenzando a sollozar de nuevo.
— Estaré bien— presionó, tratando de quitarle las
