Te ayudaré a recordar

La preocupación de Diana

— Raven— Diana sonrió dulcemente detrás de su gran escritorio. 

Esa sonrisa era demasiado para su gusto. Quería algo de ella y estaba anticipando que diría que no.

— ¿Sí, maestra?— Raven sonrió con la misma dulzura.

— ¿Estás muy ocupada en el hospital?

Bueno, eso era obvio, ¿no?, siempre estaban ocupados porque no había suficiente personal. Además, Diana era la que supervisaba las listas, por lo que seguramente sabía que estaba trabajando mucho más de lo necesario y no ganaba lo suficiente. Pero ahora no era el momento de quejarse.

—Sí, muy ocupada— respondió Raven cortésmente.

—¿Cómo es tu ... vida familiar?

¿De verdad estaba preguntando eso? Raven frunció el ceño. Diana tenía que saber que Ares todavía no había regresado de dondequiera que se fue durante meses.

—¿Tienes algún plan para… tener niños?

¿Estaba su maestra borracha de nuevo? Raven olfateó el aire discretamente. No, no más olor de lo habitual.

— Estoy pensando en aprobar una ley que indique que toda pareja capaz debe tener al menos tres hijos- reflexionó Diana.

— ¿Disculpa?— Raven exclamó con incredulidad.

Diana suspiró. 

—¿No es suficiente? ¿Debería colocar cuatro?

—¡Jefa!— Raven la regañó— ¡no puedes obligar a los ciudadanos a tener hijos si no quieren!

—¡¿Quien lo dice?!— Dijo la mujer enojada— ¡Soy la jefa de este pueblo! Y estoy pensando en poner un afrodisíaco en el suministro de agua para empezar. Es primavera. Nadie se dará cuenta

Raven jadeó por aire. Ella no estaba tomando en serio esa conversación, ¿verdad? Tenía mejores cosas que hacer.

—Si haces eso, con el debido respeto, me aseguraré de que el consejo te detenga.

Diana le frunció el ceño con enojo. 

— Raven, eres demasiado… respetuosa de las reglas.

¿Desde cuándo fue eso algo malo?

— Maestra... entiendo tus preocupaciones. El número de muertos durante la guerra fue terrible. Nuestro número sufrió un duro golpe y la población sigue cayendo en lugar de aumentar. Y sin embargo ...—Raven tomó una respiración profunda. ¿Quién querría traer niños a un mundo tan inseguro como el de ellos? Ella sabía por Tomas cuántos agujeros había en sus defensas. El mundo exterior parecía bastante tranquilo en ese momento, pero era una paz muy incómoda— La gente volverá a tener más esperanzas con el tiempo— dijo, tratando de parecer más segura de lo que se sentía.

— ¿Cuánto tiempo más?— Diana suspiró— Ha pasado casi una década

— ¿Otra… década?— Raven se aventuró a adivinar.

—Estoy preocupada, Raven— admitió Diana y por un momento, sonó tan vieja como era— Necesito más militares.

—¿Hay algo que pueda hacer para aliviar sus preocupaciones, jefa?— Preguntó Raven. 

— Sí— asintió y su mano se acercó a la botella en su escritorio, solo para dudar en el aire. La mano se hundió y Diana suspiró de nuevo, más pesadamente— Tengo un problema— dijo, su rostro se oscureció— pero confío en que eres lo suficientemente discreta para manejarlo bien

—Sí, maestra puedes confiar en mí— respondió Raven, poniéndose derecha.

—¿Cuál es tu relación con Balthazar Morth?

¿Qué?

—¿Mi capitán?— Raven preguntó estupefacta, aunque nunca había oído hablar de nadie más con ese nombre.

Diana asintió.

—Él fue mi profesor y capitán— dijo, sintiéndose bastante confundida. ¿Qué otra relación debería tener ella? Él fue su Maestro en una epoca.

Eso pensaba a menudo.

Eso había querido ver durante mucho tiempo, porque sentía que él podría ayudarla a entender… a los Uzty. Eso le había preocupado mucho porque solo podía significar una cosa si una élite nunca estaba en casa.

—¿Le ha pasado algo?— exclamó de repente, sintiendo un frío terror inundar sus sentidos.

—Bueno…— Diana se retorció. — Sí. No, está bien, está bien, no te asustes. Es sólo ...— suspiró de nuevo— ¡Puedes verlo por ti misma!

Raven extendió su mano hacia el archivo que Diana había recogido de su escritorio. ¿Un paciente? ¿Balthazar era un paciente en el hospital? ¿Por qué no lo sabía? Sintiendo un tremendo temor, Raven abrió el archivo y comenzó a leer.

— ¿En cuántas misiones lo has enviado desde el final de la guerra?— preguntó en voz baja cuando estaba a la mitad.

—Esa información es clasificada— respondió Diana secamente— Y no tuve que enviarlo. Fue voluntario.

Clasificado. La mitad de la información de este archivo estaba oculta. Por supuesto, ella sabía algo del pasado de Balthazar o al menos lo había adivinado, y sabía sobre la rama militar secreta de su pueblo. Una élite tan capaz como él sería naturalmente utilizado para las misiones más difíciles y sensibles que existían. Misiones encubiertas. Asesinato. Infiltración.

Clasificado. No le gustó cómo sonaba.

—¿Amnesia parcial?— preguntó y apretó los labios— ¿Por qué?

—De eso no estamos seguros— dijo Diana, pero a Raven le pareció que estaba mintiendo.

— ¿Y quieres que yo…?

—Visitalo. Haz que te mire

—¿Por qué yo?

—Necesita ver una cara familiar

—¿No hay otras caras conocidas?

—No— dijo Diana resueltamente— Al menos no rostros familiares que le gustaría ver y que sean expertos en magia médica.

Raven asintió lentamente. 

—¿Quieres que averigüe qué le pasa?

Diana asintió.

— ¿Y quieres que lo restauren lo más rápido posible?

—Lo necesito desesperadamente. Y necesito que te asegures de que él ... no es una amenaza.

Raven no podía creer lo que oía. 

—¡Sabes tan bien como yo que preferiría suicidarse antes que hacerle daño a su pueblo!

Diana asintió con la cabeza, sus labios en una línea apretada. 

—Sí, normalmente lo haría. Pero ...

—¿Pero?

Diana suspiró. 

— Solo haz lo que te dije. ¿Tengo entendido que has trabajado en tus habilidades de ilusión en los últimos años?

—No voy a usar esa clase de técnicas en él

— Sí, lo harás, Raven. Es una orden. Usarás todo lo que tienes con este hombre. Él es mi activo más importante y lo quiero en el campo a más tardar al final de esta semana. ¿Entiendes?— espetó Diana acaloradamente.

Bueno, ella tuvo que obedecer y no le gustó ni un poco. Pero la perspectiva de ver finalmente a Balthazar de nuevo y tal vez, solo tal vez, poder ayudarlo… la hacia estar dispuesta a cumplir con esa orden.