9 de julio 2018 Miro mi teléfono una y otra vez mientras decido si llamarlo o no. Aunque fue el Sr Daniel quien se ofreció a brindarme su ayuda, ya ha pasado una semana de su partida. Tengo vergüenza de llamarlo y pedir su ayuda, sabiendo que hace una semana seguramente se quedó esperando a que decidiera irme con él y su esposa. El llamarlo ahora, que me han despedido dos de mis tres trabajos sería ser ¿Descarada? Muerdo mis uñas con el nerviosismo que tengo en estos momentos. No haber aceptado su oferta fue lo más idiota que has hecho –me reprende Lily sentada en su sillón sin dejar de leer su libro favorito. – Soy una idiota, lo sé– me digo frustrada. Sin embargo, ahora él es mi única salida. Anteriormente no quería aceptarlo debido a lo incómodo que podría resultar el que ellos me