— ¿Sabes por qué te traje aquí? — pregunta mientras baja su mano a uno de los cajones que no se encuentran a mi vista. Pero que con solo escuchar el sonido cuando se abre, sé que está allí. Lo que no sé es que contiene. — S-sí — balbucee. — Tranquila. No tengas miedo. No hay porque tenerlo— dice enderezando si cuerpo con lo que sea que sacó de aquel cajón. Por favor que no sea un arma — suplico para mis adentros. A mi vista queda una carpeta que el señor Cardwell me extiende. — Soy un hombre de palabra. Te di tiempo de decidir. A decir verdad no sé cuál es la decisión que tomaste. Sin embargo, soy un hombre de negocios por lo que es normal anticiparme a los hechos. Aclaro, esto no quiere decir que te estoy obligando. Es solo estar un paso adelante. Sin embargo, la decisión final la si