Desde el momento que entre al auto, el ambiente tenso, se disipó. Ya no se encontraban esas miradas hostiles entre ellos. Ahora solo se encontraba un silencio para nada incómodo. Yo me encuentro en el auto con la señora Astrid y el señor Cardwell. Mientras que los dos chicos se encuentran en otros autos. Debido a que según el señor Cardwell, era un peligro que ambos cavernícolas entuvieran en un mismo auto sin alguien quién le impartiera mano dura. Solo viajando de manera separada, podrían no causar una matanza en el lugar. El señor Cardwell va diciendo una y mil veces los malos hijos que son, mientras que la señora Astrid se encuentra perdida en sus pensamientos. Por más cosas crueles que diga el señor Cardwell, la señora Astrid ni se inmuta. Aunque su esposo afirme que está apunto