Capítulo 2

5021 Words
24 de junio de 2018   Es una tarde calurosa en la Ciudad de Santa Marta, de un viernes veinticinco de abril de 2010, en el que Sophia y yo hemos salido de la escuela, por lo que vamos caminando y hablando alegremente de lo que haremos al llegar a casa.   - Definitivamente el lunes será el peor día de mi vida –dice Phia con exageración.   - Lo sé, las matemáticas no son lo tuyo y el viernes tendremos un examen acumulativo de ella, sin mencionar que aunque estamos en el segundo periodo estudiantil el que hayas perdido matemáticas en 1,0 en el primer seguimiento, no da a entendre que para ganarla a rastras necesitaras mucho estudio.   - O un milagro– suspira frustrada - Definitivamente no entiendo cómo puedes ser tan buena en todo lo que haces. Eres buena en todas las materias. La hija ejemplar –dice imitando la voz de su padre–. En cambio yo…   -… Vamos phia –digo abrazándola– eres espectacular en el dibujo, algo en la que no soy buena. Tus retratos son espectaculares, a decir verdad prefiero un dibujo tuyo que una fotografía –digo dándole ánimos–, no te desanimes y más bien explota tu potencial quien sabe que de aquí en unos años seas la mejor pintora del mundo. Y ahí si tendré que pedir una cita, que serán más lenta que las de salud para poder verte.   Sophia rueda los ojos    –Tu imaginación me sorprende.   - No sé si es mi imaginación pero me parece que el chico que viene en la otra acera es el chico que te gusta.   Phia voltea su rostro tan rápido que si no se lastimo el cuello me sorrendería, siento como sus manos agarran mi mano derecha, para después sentir como sus uñas clavan mi piel. Duele, ser amiga de Phia y que vea a su niño lindo duele, me duele.   Tengo que sugerirle que se corte las uñas para no sufrir. El chico voltea hacia nosotras y nos da una sonrisa, lo que causa que Phia chille de la emoción   El chico voltea en la esquina, desapareciendo de nuestro campo visual.   - Ufffff - suspira Phia - eso fue intenso.   - ¿Intenso? Intenso fue la apretada que me diste –digo alzando mi mano - tus uñas quedaron tan clavadas en piel que me sorprende que no esté sangrando.   Ella se sorprende, ya que su emoción no le hizo darse cuenta de que lo que me hacía.   - Lo siento, mi error. Es que él nunca me había visto a decir verdad, si no fuera por la rizada, ojos miel, piel perfecta rompe corazones que tengo a mi lado, jamás pasaría esto.   - ¿Rompecorazones?   - Sí, bonita, inteligente y que por más que se te declare algún chico no le prestaras atención. Definitivamente eres el sueño de todo hombre.   - ¿Por qué?   - Porque si estas con él quiere decir que lo escogiste por encima de todos y que por ende no tendra que preocuparse de que le seas infiel. Sin contar que tienes un cuerpo envidiable a pesar de nuestra edad y que eres el estudiante número uno del colegio. Eres el partido perfecto mujer. Es más –dice parándose frente a mí - creo que me estoy hetero confundiendo –dice tomando mis manos, mientras sube y baja sus cejas de manera juguetona -.   - Jamás pensé que mi mejor amiga fuera una acosadora –digo fingiendo susto -.   - Tu mejor partido soy yo bebé y lo sabes –dice acercándose a mí. Para después agarrarme el pecho y salir corriendo.   Sophia sale corriendo huyendo de mi contraataque, por lo que yo corro tras de ella y justo cuando mi casa está en mi campo de visión ambas nos detenemos.   ¿Por qué hay tanta gente alrededor de mi casa? –Me pregunto-   - Con permiso, permiso - digo intentando pasar entre la multitud-.   Después de pasar la multitud, un policía me impide llegar a la puerta de mi casa.   - ¿Qué sucede ?, ¿Por qué no me dejan entrar a mi casa ?, ¿Qué sucedió que están ustedes aquí? –Pregunto.   - ¿Vives aquí? - pregunta un policía y yo afirmo- Lamento decirte que no puedes entrar porque es una escena de crimen   - ¿Escena de crimen?   - Sí, las personas que aquí viven han sido asesinados.   - ¿Cómo?   - Sí, el teniente, su esposa y sus dos hijos han sido asesinados.   - Usted debe de estar equivocado, mi familia no ha muerto.   - Lo lamento, su familia ha sido asesinada.   "Su familia ha sido asesinado", "Su familia ha sido asesinado " –esas palabras se repiten una y otra vez en mi mente mientras la fuerza en mis piernas desaparece -.   - Esto no puede ser –digo al aire -. Señor usted es un oficial por lo que no es gracioso jugar estas bromas a chicas como yo –digo con la esperanza de que sea una broma -   - Lo siento señorita pero no es una broma, sus padres y hermanos han sido asesinados.   Unos médicos forenses salen de mi casa con varias bolsas en las que se reflejan cuerpos humanos. Sophia me agarra carbonatada mientras siento como mi corazón se estruja.   - Ellos no son mis padres, seguramente se equivocaron - digo con lágrimas en los ojos -.   Un brazo sale de la bolsa quedando colgando de la camilla en la que lo trasportaban, en el que se podía evidenciar un tatuaje del árbol de la vida -el tatuaje de mi hermano mayor-.   - Lo siento Zoe, lo siento tanto por ti. - dice Phia abrazandome fuerte.   - ¡¡NO!! –Grito incorporándome rápidamente al despertar de ese sueño, el recuerdo del día en que quede sin mi segunda familia-.   Otra vez ese sueño.   - Papi, Mami, hermanos no saben cuánto los extraño –digo mirando la foto que tengo en la mesa de noche que se encuentra al lado de mi cama -.   Han pasado ocho años y todavía me duele como el primer día… definitivamente el que dijo que “el tiempo lo cura todo”, dijo una gran mentira.   El tiempo te ayuda a resignarte pero nunca te cura.   Eso es justamente lo que el tiempo ha hecho en mí, resignarme a vivir sin familia, que al llegar a casa no haya quien conteste tus saludos, como tampoco quien te pregunte qué tal fue tu día o que simplemente se preocupe por ti. Eso es lo que pasa cuando eres huérfana, eso es lo que pasa cuando no tienes familia.   Tal vez sueno muy deprimente, pero las cosas duelen más cuando lo tienes todo y de un día a otro te dejan sin nada, y duele más el que no sabes quién fue el que te lo arrebato.   Dos familias he tenido y dos familias he perdido ¿Sera que estoy maldita? ¿Sera que no merezco ser feliz?   Si, la muerte de mi familia es uno de los miles de casos de Colombia en el que la respuesta que obtienes de la justicia al preguntar en quien fue quien lo hizo es “no hay pruebas para saber quién es el culpable”. Y lo único que puedes hacer es irte de allí para que las personas que acabaron con tu familia no acaben contigo. Mi padre era un reconocido Teniente que adoraba su patria, sin embargo, el cuerpo policial como retribución lo que le dio fue que el caso en el que murieron sus hijos, esposa y él quedara impune. ¿Irónico no?, un hombre que estaba del lado de la justicia no recibió tal. La alarma de mi teléfono suena y sé que ya es hora de levantarme para la batalla que es que una recién graduada, sin ningún respaldo consiga trabajo. Si, a pesar de que mis notas fueron las más altas de mis compañeros y que también me gradué de la mejor universidad relacionada con contadores públicos. Nada de eso vale si no vienes de una familia adinerada como mis demás compañeros. Sobretodo porque al haber estudiado en la mejor universidad gracias a una beca, todos me miraban como un bicho raro, todos me trataban mal. Y como yo no me dejaba, al salir a buscar trabajo ellos me han cerrado todas las posibles puertas. Pero eso no va a hacer que me de por vencida. He luchado mucho para llegar a ser lo que soy y el que unos hijos adinerados me hagan la vida difícil no me va a detener. Así que es hora de levantarse a luchar, ya no puedo seguir viviendo con trabajos de medios tiempo. Después de asearme y practicar mis rituales matutinos para minimizar mi ansiedad de conseguir trabajo. Me dirijo a mi pequeño armario en busca de mi atuendo para las entrevistas de trabajo a realizar. Un pantalón gris formal, camisa blanca y chaqueta gris con zapatos negros de salón clásico con tacón de 7 cm. Y un bolso n***o lo suficientemente grande para llevar mi teléfono, zapatos de repuesto y maquillaje. Si zapatos de repuesto, ya que literalmente yo soy un asco manejando tacones, muchos dirían “vaya que dramática eres, solo son 7 cm de alto”, pero son 7cm que no doy para manejar. Así que por mi bien es mejor llevar zapatos de repuesto antes de que “me parta la madre” literalmente. Tomo mi larga y ondulada cabellera, la cual me hace recordar a Mérida la de Valiente, con la única diferencia de que mi cabello es n***o. Respiro profundo y me peino mi cabellera en un moño decente. Respiro profundo y comienzo mi día de hoy que consiste en ir a cinco entrevistas de trabajo antes de las seis, siendo consiente que desde el barrio donde vivo hasta los lugares de entrevistas, estaré literalmente muerta del cansancio. Lo bueno es que hoy tenía descanso de la cafetería, por lo que podría demorarme todo el día en estas entrevistas, sin ningún problema. Ya que, es estresante ir a entrevistas de trabajo rogando que el tiempo en metro o autobús no se extienda o que las entrevistas no demoren más de lo imprevisto para que luego te digan o envíen un mensaje diciéndote “lamentamos informarle que usted no ha logrado pasar la entrevista”. Sin saber que tú corriste todo lo que pudiste para estar a tiempo tanto para las entrevistas como para tus trabajos de medio tiempo. Lo único que a ellos les importa es seguir con las órdenes de Fred, Christen, Amelia o Pandora. No darme empleo. Esas cuatro personas me han hecho la vida difícil dentro y fuera de la Universidad, y solo porque son los hijos de las cuatro de las cinco familias más adineradas de Centro América. Sí, sus órdenes son ley, aunque sean irresponsables. Ellos no saben todos los esfuerzos que uno hace pero así es la vida, injusta. Pero bueno, esa es la vida que me toca vivir debido a mi condición económica y antecedentes familiares. Ser pobre no fue mi culpa, pero mantenerme si, es por eso que me he esforzado mucho para por lo menos tener una estabilidad económica. Con eso me ayudara a saber que paso con mi familia Suena el teléfono sacándome de mis pensamientos y contesto escuchando una voz amigable. – ¿Qué tal va tu inicio de mañana, mi querida amiga?   Sophia, es lo más cercano que tengo a una familia.   –  Igual que siempre, con un frio tenas y la esperanza en mi corazón de que esta vez sí voy a pasar la entrevista.   – Vamos Zoe esta vez sí quedaras con el empleo, creo en ti amiga.   – Sí, lo sé –y con eso cuelgo-. Sus palabras ayudan a animarme en dar todo en las entrevistas de hoy.   - Amiga ojala estuvieras aquí conmigo - suspiro- así no me sentiría tan nerviosa.   Me dirijo al transporte que me lleva a la Interestatal 95 en la que me esperan las cinco entrevistas de hoy.   Al finalizar el día.   Aquí me encuentro, sentada en el metro que me lleva a Cecil B. Moore, lamentándome mentalmente por el pésimo día que tuve mientras me como un sándwich. Sé que lamentarme desde ya es adelantarme a los resultados de manera negativa. Pero sé que no obtendré el trabajo, ¿Por qué ?, porque a las empresas en las que hoy fui a tener las entrevistas, eran para mi desgracia negocios asociados en su mayoría a los padres de mis “amados compañeros” –entiendan mi sarcasmo - .   Por lo que no importa las habilidades que tenga, ni haberme graduado con honores, ya que ellos son los que tienen el poder. Y de la única forma que obtienes el trabajo es porque ellos quieren restregarme en la cara que yo siempre estaré por debajo de ellos. Llego a mi parada y comienzo a caminar a mi casa cuando mi teléfono suena y sin mirar la pantalla contesto.   - Hola amiga –digo desganada-.   - ¡Vaya! Al parecer usar tacones todo el día agoto más tus energía que asistir a las cinco entrevistas que tenías hoy.   - Jajaja está muy chistosa la niña hoy –digo desganada-.   - Vamos sube ese ánimo, que así como vas serás anciana antes de tiempo.   - Seguro –suspiro- ¿sabes cuánto me gustaría que estuvieras aquí conmigo? Mi amiga, mi única amiga, mi única familia –y mis ojos se humedecen más de lo normal, anticipando que llorare -.   - Vamos amiga, que lo único que te hagan sufrir sean los tacones, nada más te puede hacer sufrir.   - Ni me lo recuerdes, en lo que va del día me he caído tres veces y de maneras dignas de comentar.   Escucho una risa ahogada del otro lado del teléfono y se cuánto se está aguantando las ganas de soltar una fuerte carcajada.   - Vamos ríete sin miedo, ya es normal que te burles de mis desgracias –comento restándole importancia–.   Y falto ese comentario para que dejara salir su fuerte risa. De esas que se escuchan veinte cuadras a la redonda.   - Lo siento, es que de repente me acorde de la última vez que te vi caminando con tacones. ¿Cómo es posible que con unas plataformas no muy altas te calleras encima del pastel de mi cumpleaños? - Volvió a soltar una carcajada-.   — Sí, no sé cómo, bueno si se cómo soy pésima con zapatos altos – comento- pero dame un respiro fue la primera vez que use zapatos altos. Además será un día inolvidable para ambas ya que quede peor que un payazo con la cara toda cubierta de glaseado.   Voy a cruzar la calle para llegar a mi casa cuando un sonido fuerte de neumáticos sobre el asfalto me hace estremecer, segundos después veo como un auto n***o se estrella con un poste.   — ¡Oh Dios mío! –digo impresionada-.   —  ¿Qué sucede?, ¿Dónde estás?, ¿De dónde vino ese ruido?   — Un accidente –logro articular-.   —  ¿Te has accidentado?   — Hablamos después ¿Sí?, -comento y cuelgo-.   Después de varios segundos en shock, logro ver que una persona está intentando salir de la puerta trasera del auto, he inmediatamente reacciono ante la situación.   Son más de las 10:00 pm por lo que es normal que estén las calles tan solas, es por eso que soy la única que puede ayudar a estas personas. Imploro que los conocimientos que me inculco mi madre Adriana sobre la medicina sigan frescos.   Y sin pensarlo dos veces me dirijo al automóvil y comienzo a ayudar a salir al hombre que está intentando salir.   — ¿Se encuentra bien señor? – pregunto nerviosa –.   — Mi esposa sigue adentro – dice mientras tose –.   — ¿Ah? –pregunto confundida y el me señala el interior del auto –.   — Ok, la sacare – comento –.   Mami, yú que eras una doctora excelente, has que lleguen a mí las técnicas prudentes para atender a esas personas correctamente  –pienso –. Después de dejar al  hombre en un lugar prudente del auto, ingreso con cuidado al auto volcado y poco a poco comienzo a sacar a una mujer de unos 45 años aparentemente. Después de dejar a la señora en donde había dejado al señor pregunto si hay alguien más en el auto, a lo que el señor me responde que solo está el chofer. Corro inmediatamente al auto pero antes de llegar a este, este explota. Por lo que no pude hacer nada para rescatarlo. Regreso a donde se encontraban las dos personas que habían salido del auto e inmediatamente llamo a emergencias. Después de reportar lo sucedido y seguir las instrucciones de primeros auxilios explicados por la persona que contesto mí llamada de emergencia. Las dos ambulancias llegan después de poco tiempo para llevarse a las personas heridas, como también la policía para inspeccionar el cómo fue el accidente. Después de la muerte de mi padre, odie mucho a la policía, por lo que hacia mi mayor esfuerzo para nunca toparme con ellos, pero esta noche las cosas se salieron de control. Era la única persona que había visto todo y atendido a los heridos. Después de haber dado mi declaración me dirijo a mi casa para por fin descansar después de un día tan agotador. Mañana será otro día –me digo a mi misma – mañana será un mejor día. Al otro día La mañana ha pasado volando, todo sigue como siempre. Es un tranquilo día en el café que trabajo.   — Buenos días ¿En qué puedo servirle? –digo al cliente enfrente dispuesto a decirme su orden –.   – Un Expresso, por favor.   Asiento digito el valor de la bebida y le doy la factura mientras mi compañero le prepara su pedido.   Mi teléfono vibra y mi respiración se detiene. Si mal no recuerdo en las empresas que estuve ayer dijeron que en el transcurso de las 24 horas siguientes me enviarían un mensaje con la decisión tomada. Mentalmente cruzo los dedos con la esperanza de haber conseguido el trabajo. Pero estas esperanzas desaparecen cuando leo el mensaje. “lamentamos informarle que no ha pasado la entrevista de trabajo”.   — Sí, en el fondo esperaba esa respuesta –suspiro-.   — Nada de teléfonos en la hora del trabajo –me dice mi supervisor desde mis espaldas mientras me quita mi teléfono y yo después de discúlpame asiento –.   — Te cogieron con las manos en la masa –dice mi compañero Reinaldo y yo suspiro– vamos mira el lado bueno, no tendrás la tentación de mirar a cada rato el teléfono para saber si quedaste o no con el trabajo.   - Sí, es cierto –comento–. Buenos días ¿En qué puedo servirle? - sigo con mi discurso de siempre–.   Poco tiempo después pude ir a mi tiempo para almorzar, por lo que fui a la parte trasera del restaurante para poder comer tranquila.   - Toma –me dice Reinaldo mientras coloca a mí vista mi teléfono, a lo que yo lo tomo alegremente–.   - Gracias –digo contenta– pensé que iba a tener que esperar hasta salir de turno para poder recuperar mí preciado teléfono.   - Los beneficios de caerle tan bien al hijo del dueño del restaurante –dice Reinaldo–.   Si, Reinaldo es un chico de 27 años que está estudiando administración de empresa, pero que en sus tiempos tiene libres que ayudar en el restaurante. Sin embargo, el ser el hijo del dueño del lugar no lo hace para nada arrogante u odioso, al revés es todo un amor, sin contar que es muy humilde.    Como su padre es el dueño de este restaurante y demás sucursales para el no sería un problema tener un cargo mayor en el restaurante, pero el decidió ser un simple empleado que se encarga de la elaboración de las bebidas del lugar. Todo lo contrario que harían sus dos hermanos mayores, ya que literalmente tocan el suelo porque no tienen alas.  Es el hombre perfecto para mí, ya que cumple con todos mis estándares. Como tal físicamente no pido nada en específico a excepción que sea más alto que yo ya que yo con un 1,58 cm de estatura y un hombre de mi misma estatura harían que nuestro hogar fuera de la casa moderna de los pitufos y eso sería perturbador.  Así que a parte de eso me fijo en la forma de ser de la persona y Reinaldo completa todas al 100%. Ya que es alto, atento, confiable, amable, respetuoso y humilde. Lo que me  hizo gustar de él desde el primer día que lo vi. Pero todo eso cambio cuando pasaron varios eventos vergonzosos en los que Reinaldo estuvo de espectador. Flashback. Estaba terminando la limpieza del restaurante muy alegre por que hoy había llegado el hijo del dueño del restaurante a trabajar aquí con nosotros, cuando de repente me dan ganas de ir al baño. Sin pensarlo dos veces me dirijo al baño ya que había comido mucho y al parecer el haber sido tan golosa me estaba cobrando, lo bueno era que estaba sola en el restaurante o eso creía.  Me fui al baño para poder hacer mis necesidades, por lo que al salir del baño estaba relajada de haberme liberando de los dolores estomacales que había cuando veo a Reinaldo corriendo hacia mí, o más bien hacia el baño mientras gritaba –permiso es una emergencia, pero su emergencia tuvo que aguantar ya que había dejado el peor olor que jamás había sentido yo, si me había superado a mí misma, ese fue nuestro primer encuentro. Nuestro segundo encuentro vergonzoso fue en nuestra integración un 21 de julio. Era en un club muy lindo en una temporada que te llamaba a estar dentro de la piscina, ya había pasado mi primer encuentro con Reinaldo muy vergonzoso, por lo que no me atrevía a acercarme a él.  Sin embargo, sentía que ese era el momento perfecto para deslumbrarlo, soy un poco baja pero a nivel general tengo buen cuerpo, buen rostro y un lindo cabello, por lo que esta ocasión seria perfecta para deslumbrarlo, por lo que decidí utilizar mi bikini blanco que me quedaba de infarto y dejarme el cabello suelto (ya que siempre por cuestiones de trabajo y cuan rebelde es mi cabello rizado decido siempre por un moño que me recoja todo el cabello).  Pero, mis planes se fueron al suelo cuando me senté en una silla para piscina. Reinaldo estaba bañándose en la piscina y yo estaba contemplando su lindo cuerpo a través de mis gafas de sol, cuando él se me acerca. Pensaba que se había acercado a mí por cualquier cosa menos por la realidad, se había acercado a donde estaba porque estaba sentado en su silla, avergonzada por comprender la situación al ver sus sandalias a un lado de la silla me levante rápidamente para marcharme avergonzada.  Pero lo que creía que era un momento vergonzoso ese no estaba ni cerca de serlo. Reinaldo me llamo para que no pasara la vergüenza de mi vida si los otros se daban cuenta, me había llegado el periodo sin darme cuenta y al ser mi bikini blanco se notaba a kilómetros (desventajas de no sufrir de cólicos menstruales). Palidecí al percatarme que como estaba sentado en su silla también había manchado su toalla (que estaba desplegada en la silla).  ¿Alguien puede tener peor suerte que yo? Después de esos momentos vergonzosos opte por descartarlo como pareja y tomarlo como amigo para así no morir por la vergüenza cada ver que me cruzara con él. Veces que iban a ser muchas debido a que compartimos trabajo y estábamos en la misma universidad. Fin de Flashback   - Tierra llamando a Zoe –dice while hace un chasquido con sus dedos y así me saca de mis pensamientos– ¿tan mal te encuentras por no conseguir trabajo después de graduarte?   - Sí, pero sabes - digo mientras reviso la bandeja de mensajes– si no consigo aquí y mi amiga me consigue trabajo en Nueva York así que…   -… no quiero que te vayas - dice Reinaldo– sabes que te quiero mucho mi Zoe, pero por lo menos en los restaurantes de aquí ya no hay vacantes.   - Sí, lo sé, además de trabajar con tus hermanos sería muy perturbador –digo estremeciéndome–.   - Es cierto, ellos son muy humillativos, además de que miran a las personas por encima del hombro. Literalmente pisan el suelo porque no tienen alas, así que como jefes serian una gran pesadilla.   - ¡Guau! –Digo impresionada– Que una persona tan dulce y amble diga eso de sus propios hermanos me sorprende mucho, aunque es cierto, concuerdo contigo en tu descripción. Lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿No serás adoptado? –Pregunto y él sonríe– es enserio, tu eres tan amigable y tus hermanos son tan groseros y creídos. Son como polos opuestos.   - Pfff –dice while niega– Primero que todo el hecho de que sea dulce y amable como me describe, no quiere decir que no vea la realidad de lo que son mis hermanos. Segundo, tus ocurrencias son únicas ¡¿Cómo puede ser que sea adoptado si soy físicamente una copia de mis hermanos ?!   - Es cierto, se me olvido ese pequeño detalle.   Reinaldo sonríe y logra despeinarme el cabello mientras yo me resigno a que lo haga, ya en él es normal que lo haga y que yo me niegue no cambia el resultado. Mi estatura no me lo permite.   Tres horas después.   Mi turno en el restaurante termina y yo salgo corriendo a mi siguiente trabajo, un club nocturno en el que estoy encargada de las bebidas que se encuentran en la barra.   A pesar de que es un trabajo que puede causar malentendidos en las personas que afirman que estoy haciendo otra cosa distinta, como tal tengo muchas cosas que agradecer, ya que, aunque ni este ni mi trabajo en el restaurante no tiene relación con la profesión que estudiado.  Pero por lo menos tengo un salario que me ayuda a sobrevivir, además, el contador de este establecimiento es muy bueno conmigo y comparte técnicas muy importantes para la práctica. Ya que es un señor que me permite estar presente en los días que está en el club, como también opinar, lo que me ayuda a poner en práctica los conocimientos que tengo, como también aprender métodos más prácticos y eficientes, que el señor Daniel un señor de 60 años con 35 años ejerciendo esta profesión me ha enseñado.   - Señorita Zoe ¿Ha conseguido trabajo?   - Nada señor Daniel, todavía estoy esperando dos respuestas de las entrevistas en las que asistí el día de ayer - digo desganada–.   – Me parece perfecto, ¿Qué te parece si te conviertes en mi ayudante? Como puedes ver ya estoy viejo y no tengo herederos a quien pedir ayuda, como tampoco personas de suficiente confianza como para proporcionarle la información de mis clientes a excepción de ti.   — ¿Enserio? –Pregunto emocionada y el Sr Daniel asiente, lo que me causa que lo abrace más fuerte– gracias, gracias, muchas gracias Sr Daniel.   – No me agradezcas, yo te estoy dando esta oportunidad, por quien eres, tu forma de ser ha hecho que mi esposa y yo te estimemos mucho, por lo que no te queremos ver en estos lugares trabajando así. Sin embargo, hay un pero –y mi alegría se esfuma, pensando lo peor– tendrías que mudarte con mi esposa y conmigo a Nueva York para ayudarme.   — ¿Cómo así? –Pregunto confundida– ¿Y los negocios que maneja aquí?   - Como sabrás el hijo del dueño de este establecimiento se graduó de contaduría, por lo que es normal que él tome las riendas del negocio y en los demás trabajos, los designe a otras personas.   - ¿Y porque no me dio uno de esos trabajos a mí? - pregunto indignada–.   - Zoe, como te dije antes, yo te estimo mucho y por tu pureza no podía darte alguno de esos trabajos.   - ¿Por qué no me cree capaz de asumir la responsabilidad que tiene el trabajo? Porque si es así… - pregunto–.   -… Vamos Zoe déjame hablar. Ufff –dice suspirando– estos jóvenes de ahora son tan apresurados. Los negocios que manejaba no son para ti porque tienen conexiones oscuras y es por eso que no lo quería para ti. Yo en ese tiempo los acepte por la salud de mi esposa, pero when quise salir de allí no me lo permitieron hasta ahora que ya estoy muy viejo para ellos. Por lo tanto no los quería para ti.   - ¿Por qué es tan bueno conmigo? –Pregunto confundida–.   - Porque tú me recuerdas me recuerdas a mi yo del pasado –dice con una leve sonrisa– me gradué siendo el mejor de mi profesión recalcando que el ser pobre no te limita. Pero las necesidades económicas que pasaba más la enfermedad de mi esposa me empujo a tomar el mal camino.   Vaya, es difícil de procesar esto - pienso– un hombre tan amable y que estaba en el mal camino, no tiene lógica.   - Por eso ahora, quiero cambiar - dice con sinceridad en sus ojos– y también ayudarte a que no tomes el camino que yo tome. Claro está yo no lo haría de gratis si eso es lo que te preocupa - asiento, al parecer me conoce bien– ¿Recuerdas a mi esposa?   - Como olvidarla –digo con una sonrisa– La señora Robinson es una persona muy dulce y amable. A pesar de todas las cosas por la que he pasado, nada ha hecho que borre su sonrisa.   - Te equivocas Zoe, ella siempre andaba triste, ya que por culpa de que siendo joven le detectaran miomas muy grandes por lo que tuvieron que sacarle la matriz. Después de que pudiera recuperarse de la fuerte depresión que sufrió por la noticia, jamás volvió a ser la misma. Pero ese día cuando te vio y escucho la historia de tu familia, se propuso a cambiar su actitud.   >> Me dijo que Dios te había colocado en nuestro camino por algo, ya que tú no tienes familia y nosotros no tenemos una hija a la que brindarle amor. Por eso te propongo que estés con nosotros como una familia –dice extendiéndome un boleto de avión para dentro de una semana–, viajaremos en una semana, por lo que me gustaría que vinieras con nosotros.   - Lo siento Sr Daniel –comento regresándole el boleto– no creo que sea buena idea.   - Toma el boleto –comenta– tienes una semana para pensarlo –comenta el Sr Daniel–, si no llegas al vuelo sabremos tu decisión y la respetaremos, pero te pido que lo pienses ¿Está bien? Solo recuerda con este trato nadie le debe nada a nadie y todos salimos ganando.   - Para serle sincera una propuesta de esta magnitud no me la espera, sin mencionar sus confesiones –comento sinceramente– Sin embargo, gracias por pensar en mí.   - No lo rechaces por mí –dice el Sr Daniel–.   - Es que no se si el ser parte de su familia sea bueno –comento– llevo años sola por lo que ya no se lo que se siente ser parte de una familia.   - Sí como mi esposa y yo no sabemos nada de vivir con alguien más –comenta el Sr Daniel– Sin embargo, nadie nace sabiéndolo todo, todo conocimiento y habilidades se construye las experiencias. Por eso te digo que lo pienses detenidamente y tomes la decisión que pienses que sea lo mejor para ti –dice entregándome nuevamente el boleto–.
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