Bajamos a la planta baja y no es necesario ser muy atenta para darme cuenta que toda persona que está cerca de nosotros, saluda al señor Cardwell, pero también me observan con asombro. - “Con razón entra al ascensor exclusivo y no es regañada” - “Que descarada”. - “Y se cree lo mejor de lo mejor. Sin saber que todo lo que tiene es obtenido tan sucintamente”. - “Ahora entiendo porque aunque es nueva, ingreso con un cargo alto ". Esos y muchos murmuros logro escuchar mientras salgo de la empresa. Los cuales no me enojan o intimidan. Todo lo contrario, levantó mi rostro y caminó con la elegancia que me caracteriza (sino tengo tacones). Mientras sonrio satisfecha. Lo que ellos creen que me duele, me hace más fuerte. Lo que hace su esfuerzo por humillarme, en vano. - ¿Te incomoda