Capítulo 27 Los años pasaron tan rápido que sin notarlo había vivido toda una historia, parecía que hubiera sido ayer cuando apenas era una jovencita de 18 años metiéndose en frecuentes problemas, fueron tiempos difíciles aquellos donde la muerte estaba conmigo en una danza constante. Todavía recuerdo ese momento cuando desperté en el hospital de aquel fatídico accidente, yo prefería no traerlo a memoria porque no era algo agradable, ya que ese sujeto fue el causante de mucho dolor para Eyolf. Por fortuna las cosas cambiaron y en los últimos años mi esposo pudo disfrutar al lado de su padre, el cuál envejeció hasta que un día ya no volvió a despertar, no obstante a pesar de ser algo triste, Eyolf dijo que lo recordaría con alegría debido a tantas vivencias juntos. Sin embargo, había al