Fleur Cuando el invierno terminó, y las hojas comenzaron a teñirse de perfectos colores verdosos, las flores también se hermosearon reluciendo con amarillos y violetas alucinantes que cautivaban en los extensos campos de Telluride, era algo extraño contemplar primavera en ese pueblo, ya que normalmente estaba acostumbrada al clima frío rodeándome por capas extensas de nieve y lluvia continua. Sin embargo, no me molestaba en lo absoluto, yo aprendí a apreciar aquel lugar donde crecí y di mis primeros pasos, lo único que habían contemplado mis ojos, era las grandes montañas que nos rodeaban y por supuesto aquellos interminables bosques cubiertos por árboles frondosos de copas altas. Poco a poco le tomé amor a ese pueblecito porque era mi hogar, mamá y papá me enseñaban tantas cosas maravi