Capítulo 17 Cerré la puerta de mi habitación deseando estar sola, porque el dolor por aquellas duras palabras que le dije a Eyolf, me ardía tanto, pero a la vez sabía que era lo mejor para todos. Pensar en ese fatídico momento, cuando desperté en aquel lugar, estremeció cada minúscula parte de mi cuerpo tembloroso que se aferraba a la almohada, apretándola para contener los sollozos. Horas antes. Al recobrar la conciencia no tenía idea dónde me encontraba, solo pude observar una amplía habitación con decoración antigua, del lado izquierdo noté dos ventanales grandes con cortinas de color dorado semiabiertas y una chimenea con un marco de piedras pequeño y otro más grande, de madera brillante con formas curvilíneas, sobre la misma se hallaba un cuadro de pintura rupestre rodeado de bord