Empezar de cero.

1342 Words
Aparte de fallar en su plan de grabar a Giuseppe Ferro con las manos en la masa también resultaba que estaba despedida, odiaba su vida en esos momentos, al día siguiente cuando fue a reportarse a su lugar de trabajo, la jefa de redacción la mando directo a recursos humanos, en esta le entregaron su carta de despido, alegando incumplimiento de contrato, entre otras amonestaciones estúpidas. No se arrepentía de haberle dicho perra en su cara a la estreñida bruja de su jefa. Estaba tirada en su sofá, aburrida y desconsolada mirando por tercera vez "Chuki el muñeco diabólico", amaba la pareja perfecta que hacía con Tiffany, cuando se terminó nuevamente la película decidió ponerla en pausa y mejor revisar su cámara para lograr ver lo que había podido grabar aquella funesta noche. Fue a su pequeño estudio, tomo la camara y la conecto a su laptop, pronto empezó a ruborizarse, tuvo que cerrarla y después con algo de miedo la abrió y le dio a enter nuevamente, por suerte la máscara ocultaba su rostro, el vídeo era de buena calidad, se volvió a excitar al ver como Giuseppe se la follaba con fuerza en esa posición tan erótica, sin duda la razón de que aún le doliera asearse su parte íntima, el cuerpo de esa bestia s****l era increíble al igual que su enorme m*****o, se preguntaba si eso era normal entre los italianos, ha visto porno, incluso solía masturbarse en ocasiones viéndolos, también llego a tocar el pene de Benjamín sobre la tela del pantalón, pero nada que ver con ese tronco gigante. Una descarga eléctrica recorrió su cuerpo, llegada por el deseo despierto de volver a experimentar esa sensación, algo imposible, el nunca sabría quien fue la mujer con la que estuvo esa noche. Guardo una copia del vídeo en su laptop y empezó a editarlo, una escena que no se viera casi su rostro y si el de Giuseppe. en solo 15 minutos logro sacar una pequeña toma de cuando él le está haciendo sexo oral y luego la empieza a penetrar, desde ese ángulo solo se veía el rostro de Giuseppe, no llevaba máscara. Lo corto y borro todo lo demás incluso de la papelera, también guardo su cámara en su estudio. Más tarde pensaría que hacer con eso, debía ingeniárselas para pagar la renta de lo contrario tendría que volver a su casa a ser la niña sobre protegida de su madre Mina, su padre también la amaba a su modo pero solía ser más superficial, amante del dinero y del estatus social, actualmente vivía amargado porque su hermana mayor Vanessa se casó con un maestro de kinder, ella no se quejaba y bastante feliz se veía su hermana, además su cuñado era buena honda. Comenzó a limpiar un poco su desorden, ahora siendo una gris desempleada tenía más tiempo para organizar, ya terminando de limpiar la meseta de la cocina, escucho el timbre sonar, ¿quien sería? Alexa no había quedado en visitarla, miro su móvil, no tenía ningún mensaje sin leer, decidió abrir, recibió una maravillosa sorpresa. — ¡Tía! —No pudo evitar su sorpresa al ver a su adorada tía Serafine, está la abrazo con alegría, ambas estaban encantadas de verse. — Tu tía joven no olvides decir Beatriz.—Le recalco arreglando su hermoso pelo rubio, seguía exquisita, una verdadera belleza, siempre la había admirado por su libertad de vivir sin ataduras. — Claro y sobre todo bella.—Esta sonrió ante el halago. — Estaré unos días en Miami necesito recuperarme. Así podremos compartir más, en casa de tus padres el ambiente es algo aburrido, no hay con quién hablar. — Entiendo, mamá solo vive cuidando su jardín, oh tocado el piano y papá en negocios, ahora está obsesionado con expandirse a Italia y otras partes de Europa, quiere instalar una sucursal de sus tiendas. — Italia en estos momentos el solo nombrarla me causa pesar.— Su tía dijo estas palabras con algo de melancolía en su tono expresivo. — ¿Te paso algo tía?, dime, puedes confiar en tu sobrina favorita, ¿acaso peleaste con tu fabuloso novio italiano?.— Esta no parecía querer hablar pero llegó a un punto que se quebró. —¡Me dejo!, se va casar con otra.— Esta no pudo evitar llorar al confesarse, aunque a ella no le extrañó según lo que había platicado en otras ocasiones el solo la deseaba como amante, de querer algo serio hubiera formalizado unos años atrás o por lo menos tratar de conocer su familia, ellos eran los únicos familiares que tenía. A pesar de ser su tía apenas le llevaba 9 años, era media hermana de su padre, su abuelo la concibió con una novia francesa que tuvo luego de la muerte de la abuela, algo pícaro y p**o alegre el don, pero gracias a eso tenía una tía con la cual se llevaba bastante bien, ella paso toda su vida cerca de ellos, hasta que por motivos de trabajo y tras la muerte de sus padre decidió quedarse en Francia y solo venir por temporadas a los Estados Unidos. —Es un imbécil, el te perdió, no lo olvides y deja de llorar, además los italianos no tienen nada de especial, puedes encontrar un novio más interesante aquí.— Ella la miró con sorpresa por sus palabras. — ¿Por qué lo dices, acaso conoces algún Italiano que no te agrade?, tu gesto al mencionar la palabra fue de desprecio.—La cuestionó su tía pero no debía quedar en evidencia por lo que contesto lo básico. — Sabes que soy de naturaleza inquieta, estaba investigando a uno en específico, para mi blog personal, que consta de artículos anónimos, pero el trabajo se cayó, tendré que buscar otro punto de interés oh aterrizar de una buena vez y ser una simple periodista del montón, entiendes, "básica". — Lo que dices parece interesante, se nota que te apasiona. —Por irme a Italia a tratar de buscar información del susodicho en cuestión me despidieron. Si no encuentro un trabajo pronto, tendré que volver a casa. — Entiendo, ¿se puede saber a quién investigaste?.— Pregunto su tía Serafine curiosa, le gustaba el chisme a la tía, pero no podía suministrar ese dato. — No, es confidencial. Es más, mejor debería buscar un buen vino para celebrar que a ambas nos votaron.—Beatriz se rió pero a su tía no le causo mucha gracia el desacertado comentario. Beatriz se alejó, al sentir un sonido en su Laptop, dejo a su tía unos segundo y se sentó en la mesa del comedor con el aparato. Efectivamente Fabiola le envío un mensaje. Necesito el vídeo y el artículo que le hiciste a Giuseppe Ferro...debo evitar este matrimonio a toda costa. De ti depende mi felicidad y mi libertad. Daba por cancelado ese acuerdo, incluso el dinero que está le daría a cambio de su trabajo, lo necesitaba pero no deseaba exponer esas imágenes, aunque su rostro no se viera, era ella la que recibía placer, le negó la solicitud y cerró el chat. —Querida sobrina por qué no vas por algunas cervezas, tengo ganas de salir de la rutina.—Las palabras de su tía la sorprendieron bastante, más en ella que no tomaba cerveza para conservar su figura esbelta. — No se diga más, iré por ellas, a una cuadra hay una bodega que siempre las tiene super frías.—Tomo sus llaves y salió. — ¡Aquí te espero!. Se sentía feliz con esa inesperada visita, en 2 días le habían arrebatado la virginidad, en parte la dignidad, Giuseppe Ferro la había usado como puta y por último su trabajo que le daba ese plus de independencia tan vital para ella, lo acababa de perder. Lo que no podían quitarle era el poder de decidir que hacer y en esos momentos había decidido no manchar la reputación del lujurioso caballero italiano, lo mejor sería olvidar todo y comenzar de cero.
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