Gustavo Mi mente está enredada en un torbellino de emociones mientras observo a Chloe abrazar a Justin. A pesar de su apariencia frágil, la sonrisa genuina que se forma en su rostro al ver a nuestro hijo no puede ser fingida. Mis sentimientos encontrados me mantienen en un estado de parálisis momentánea. —Mami, te extrañé —le dice Justin a Chloe, y ella le da un beso esquimal. —Y yo más a ti, pastelito —le muerde con cariño una oreja, y Justin se ríe —. ¿Te divertiste donde los abuelos? —¡Sí! Me gusta corretear a las gallinas. Chloe suelta una risita, para luego devolver su vista hacia mí. Ella se me acerca, con Justin aún en sus brazos, y parece querer decir algo, pero las palabras no salen de sus labios. Puedo ver el rastro de lágrimas en sus mejillas, y eso me hace sentir aú