CAPÍTULO DIECIOCHO Kyra cabalgaba cruzando Escalon tal y como lo había hecho todo el día y toda la noche, desesperada por llegar a Andros y liberar a su padre antes de que fuera demasiado tarde. Había sido una larga noche de cabalgata guiada solo por las estrellas, pero aun así perseveró sabiendo que cada momento era valioso y que no había oportunidad para detenerse. A pesar de pasar la noche sin dormir, Kyra se sentía más fuerte que nunca. Cabalgó impulsada por un sentido de propósito y, desde que la habían curado, se sentía lista para enfrentarse a las hordas del mundo. Reflexionó en su entrenamiento y en su nueva habilidad de invocar sus poderes, de mover objetos solo con la mente, y supo que todo era real. Se sentía lista para enfrentarse a cualquier ejército, para hacer lo que fuera