El jueves llegó con una lluvia torrencial, al mirar por el balcón me di cuenta de que el aguacero no se detendría y ya casi era la hora de mi sesión con la psicóloga. Volví a escribirle por w******p, para avisarle que no iría. ~Hola Sabrina, soy Tyson ―me sentí un idiota al aclarar quién era. Ella ya debía tener agendado mi número, con mi nombre―. Me imagino que la sesión de hoy se cancela por mal tiempo. Recibí su respuesta casi al instante. ~Hola, Tyson, no te preocupes por venir hoy, el tiempo está horrible. Al ver la palabra “venir” supe que ella estaba en el consultorio, pero de todas formas se lo pregunté. ~Sí ―me respondió―, tengo que esperar a que la lluvia pare un poco. Así no puedo salir, hace un frío bárbaro. ~Va a llover durante un rato largo. Si tenés que quedarte sí