Después que la empleada le informa a Derek la decisión de su esposa, se levanta enojado de la mesa y se dirige hasta la habitación. Abre la puerta con ira, se acerca a Zamira y la levanta de la cama pero ella logra zafarse. —¿Qué te pasa?— Le pregunta. —Si te digo que bajes a cenar, lo harás. No empieces a desafiar mi paciencia contigo— Le deja en claro. —No tengo hambre, no quiero cenar. Déjame en la Derek. —Te recuerdo que en tu vientre llevas a mi hijo y por lo tanto vas a comer para cuidarlo a él. Justo cuando Zamira iba a responder, su móvil suena, se acerca a la mesa que estaba cerca de la cama y lo toma. —Hola Sofía— Dice cambiando el timbre de voz al contestar la llamada. De repente, Derek ve como el rostro de Zamira se pone pálido, sus lágrimas corren por sus mejillas. Un