El nuevo antro en la ciudad estaba llenísimo para la medianoche, la música al tope, la gente bailando y las bebidas corriendo entre las manos, el lugar era enorme, había dos barras, un Dj en vivo y una pista iluminada para bailar. — Reservé una mesa arriba — le dijo Noa mientras caminaban siguiendo a la hostess que les había atendido desde la puerta. — Por mi está bien, para el tiempo que vamos a estar sentados. — Exacto, no tiene sentido… Y también invité a otros amigos. Justo se acercaron a la mesa que tenían reservada, había tres hombres y dos mujeres, Darío reconoció a una de las chicas, era rubia y bastante alta, había asistido a la misma universidad que ellos, del resto poco sabía. — Darío, te presento a mis amigos, Martina, que ya la conoces — le dijo Noa y señaló a la