Según la respuesta de la línea de ropa que me proponía firmar contrato con ellos, me informaba el monto de dinero por cada sesión de fotos, el tiempo de durabilidad de mi compromiso con ellos, la posibilidad de viajar fuera del país a desfilar en pasarelas reconocidas y otros detalles como la ubicación de la sede en Venezuela y los números de contacto telefónico. Con la laptop sobre mis piernas, estando sentada sobre la cama, extendí la vista al vacío, más allá de la pantalla y consideré que siempre me atrajo la idea del modelaje. Mi padre Tony de seguro iba a estar feliz por mi oportunidad, diciéndome cualquier tipo de cumplidos y motivándome a mil, mientras mi padre Luka, aunque un poco más parco, estaría dispuesto a cubrirme los gastos que esto requiriera; ambo