Soñarla, pensarla, amarla y al final olvidarla. Esas son las etapas que tiene que sufrir un enamorado cuando pierde a la persona que le importa. Sobre todo, cuando esa persona especial decide que es más feliz sin ti que a tu lado. Son etapas en las que no sabes si te repondrás o deberías seguir luchando, porque los gladiadores no se rinden cuando el tigre les araña la piel, los soldados no se inmutan cuando reciben un disparo y el amor no se apaga como el cerillo de una vela, o al menos no cuando es fuerte y ambas personas deciden seguirlo, sin importar las consecuencias o los kilómetros que los separen. El problema era que aunque intentaba olvidarla siempre se colaba entre mis sueños, acariciaba mi mente, me envolvía en su aura de pasión, y aunque intentaba salir del sueño no lo consegu