―¿Por qué no podrás seguir siendo mi terapeuta? Esa mañana, como cada miércoles, fui a terapia muscular. Me levanté muy temprano, preparé el desayuno, arreglé un poco el rancho y pasé por la tienda para notificarle a Charles que llegaría un poco tarde. Al entrar, lo encontré hablando con Erika, la cual le otorgaba el placer de recibir excelentes noticias. Ese mismo día había pasado por el laboratorio y tenía en sus manos los resultados de los análisis, los cuales fueron milagrosamente positivos; Charles tendría un bebé. Claramente me alegré por ellos y los felicité, sintiéndome lleno de dicha y esperanzas de una mejor vida. Minutos más tarde estaba en el consultorio con Angie, sintiéndome abatido por la bomba que había explotado sobre mí, diciéndome que dejaría de trabajar dentro de poco