La sangre me hervía a borbollones y casi podía sentir la ira desprenderse de mí como el aroma de un zorrillo. Dejé a Brian balbuceando y caminé hasta el cubículo de Crisol. Me acerqué por detrás de su silla, sin importarme lo que estuviera haciendo o la noticia que estuviese redactando. Creí que llegaría a hablar con ella, pero la ira terminó de desatarse y propagarse hasta la última célula de mi cuerpo, cuando visualicé la foto de su novio junto a ella, en el portarretratos que le regalé a Ellie el día de la amistad.
Ella me sintió detrás. Justo al momento que giró su silla, elevé mi mano tan rápido que la golpeé en la mejilla sin darle tiempo de apartarse. El golpe le sacó una maldición entrecortada y lanzó su cabello n***o sobre su rostro. Sus labios se juntaron en un cero y sus ojos
