—¡Emmanuel Harp, no puedes hacerme esto! —exclamó Sohi —Como el presidente de esta empresa, puedo hacerlo. —Señorita, venga conmigo al departamento de recursos humanos. Sohi estaba furiosa al escuchar las palabras de Murat, miró a Estefanìa, pero pronto notó que su gran amiga, no metería ni un dedo al fuego por ella, estaba rabiosa, y muy decepcionada. —Lo siento, Emmanuel… —Agradezco que te disculpes, pero, hay un problema, mi esposa y yo no perdonamos, vete —sentenció con frialdad. Estefanía se quedó perpleja. Murat salió con Sohi. —¡Felicidades, Camila! Acabas de entrar y ya expulsaste a nuestra diseñadora, ¿ahora cómo vamos a tener una colección lista en tan poco tiempo? —exclamó Estefanía. —Primero que nada, gracias por tu felicitación, me encanta, sobre todo viniendo de una