Pedro Soto temblaba, su frente perlaba en sudor, incluso aunque el aire acondicionado del auto estaba encendido al máximo. Su respiración se agitó, tragó saliva y no supo ahora a quién le temía más, ¿A Estefanía Marchant o a la señora Harp? Eligió por su seguridad, la segunda opción, pues Camila Harp fue la mujer de Fernando Ontiveros, y cuando él la dejó por Estefanía Marchant, de pronto, Camila resurgió de sus cenizas, escalando hasta la cima del poder en brazos de Emmanuel Harp, esto lo sabían todos, por eso, el hombre supo que temía más de Camila Harp, ella seguro le dejaría sin nada. —¡Claro que no! ¿Por qué piensa eso, señora Marchant? Nadie me ha descubierto, de lo contrario, estaría muy mal, ¿no lo cree? Estefanía iba en el auto con Fernando, rumbo a la oficina, sonrió. —Lo cre