Zoey dejó caer sus documentos. Murat la ayudó a levantarlos, observó las fotos de sus diseños —¿Son tuyos? Dibujas incluso más bello que antes, felicidades. Zoey sintió una opresión en su pecho, le quitó de mala gana los dibujos, y le miró a los ojos. —No sé de qué habla, señor, yo no lo conozco. De pronto, apareció la asistente de CEO. —¿Señorita Zoey? Ella asintió. —Venga conmigo, por favor, la CEO Harp ya la espera en su oficina. Zoey asintió y fue con ella. Murat no podía dejar de verla y cuando encontró a su jefe le preguntó sobre ella. —No tengo ni idea, la señora Harp no me dijo nada, tengo algunos candidatos para diseñador, pero, aún no he encontrado al mejor. ¿Crees que acepte a una joven sin experiencia? Murat no supo qué pensar, pero en su interior, tuvo muchas ganas