Por la noche.
Ivana Sahagún rentó un jardín cerca del centro de la ciudad, donde se dieron cita amigos íntimos de ella y su esposo.
Los primeros en llegar fueron Ernesto y su esposa, Ernesto saludó a su padre, pero era un poco frío, apenas saludó a Ivana.
—Ernesto, querido, me alegra verte, ¿Cómo está Eric? Me encantaría verlo.
Ernesto rodó los ojos.
—¿Para qué? No es Tu nieto.
Ernesto fue a tomar asiento junto a su esposa Hosanna.
Ivana se quedó perpleja, pero su esposo le dijo que su hijo seguía odiándola.
—Eso nunca cambiará.
—Si al menos me defendieras…
—Olvídalo, al menos mi hijo me habla ahora, no me hagas perderlo, otra vez.
En el pasado, Ivana fue amante del señor Sahagún, arruinaron sus matrimonios, y se divorciaron para casarse, pero en el proceso perdieron a sus res
