Al día siguiente. Camila revisó que todo estuviera listo para la presentación de la colección, estaba nerviosa. No estaba segura de que algo saliera bien. La asistente llamó y le dijo que Fernando Ontiveros estaba ahí y quería verla. Camila rodó los ojos. —Bien, hazlo pasar. Fernando entró, ella alzó las cejas con desdén. —¿Qué quieres? —Hay mucho silencio, pensé que harían algo contra Estefanía, pero, ¿acaso, dejarán que arruine la colección? Ella esbozó una sonrisa. —No hemos encontrado pruebas de nada de lo que dices, asì que, mientras no haya, no haremos nada, si arruina la colección, investigaremos, pero, eso no es tu asunto, encárgate de tu trabajo, Fernandito, por cierto, ¡felicidades, pronto serás papá! Fernando se quedó perplejo de que ella lo supiera. —Camila, yo…