Capítulo 8:
Ryder
Salí de la habitación de Zafiro calmado pero en el momento que deje la casa de Aiden, la furia controló mi cuerpo. ¡Quería reclamarla como MÍA! Ella es hermosa, j***r, es sinceramente una Diosa. Ram estaba presionándome para salir pero eso sería un peligro sabía que si le daba el control iría a por el idiota de Aiden.
Solo déjame salir, estas molesto igual que yo.
Hablo y yo solo negué, no era buena idea. Caminé alejándome del pueblo, necesitaba pensar simplemente asimilar todo. Había encontrado a mi mate pero ella además de mi tenía a otro. ¿Y si no me elegía a mi? ¿Y si retractaba su rechazó a Aiden? ¡Mierda! Estaba jodido, realmente lo estaba. Suspiré y conté hasta diez, en cualquier momento Ram tomaría control de mi si me dejaba llevar por la furia y celos que sentía.
Imagínate, ella con el y nosotros seguiremos merodeando por ahí, solos.
Gruñí y simplemente me deje llevar, deje que Ram tomará el control. Quizá me arrepentiría luego pero ahora no era consciente del todo. ¡Estaba molesto! Sentí el aroma pesado de otro lobo, era Aiden, era un alpha por lo tanto su aroma era así y podía percibirlo bien al ser un beta. Las cosas se pondrían feas, mi lobo iba a atacar y yo no lo impediría.
El lobo n***o de Aiden se paró delante de mi y me miro con curiosidad. El era medio metro más grande que yo. Lo miré furioso, quería herirlo, maldita sea. ¿Por qué el no me atacaba?
...
Aiden
Mire curioso a Ryder, se había transformado y emanaba un aura maligna. Le sacaba medio metro de diferencia, no dejaba de estudiar su postura y actitud. Estaba analizando la situación y además se preparaba para lo que parecía era atacarme.
-¿Te crees capaz de vencerme? -le pregunté-
Me miró a los ojos y gruño, estaba realmente molesto y ya sabía el por que. Nos caracterizábamos por ser celosos y posesivos, pero el era aún un niño como para controlar a su lobo.
-Cállate... -contestó-
Entonces hizo lo que jamás espere. Se irguió firmemente y me hizo frente. Me desafió, comenzaba a sentir ira. Era un alpha y eso era más que una falta de respeto, era la condena a una muerte segura, Ryder acababa de firmar su sentencia.
-No te atrevas, Ryder. No quiero pelear. -gruñí-
-Yo sí. ¡Reclamo a Zafiro como mía!
Quedé estático. Algo hizo click dentro de mi y aullé poniendo alerta a todo mi pueblo. Todos salieron de sus casas y se transformaron en lobos, mi pueblo estaba dándome su apoyo. Mi hermano apareció detrás de mi convertido en su lobo café, mis padres también hicieron su acto de presencia y ambos asintieron aprobando lo que sería el combate a muerte.
Me aleje de Ryder y me puse en posición de ataque. Pelearía por Zafiro y si moría no me interesaba, al menos lo dí todo en el intento de tenerla. Ryder se colocó enfrente mio, sus orejas estaban echadas hacía atrás, su cola y cabeza en alto. No quería tener que llegar a esto maldición, iba a esperar a que Zafiro decidiera y hablando de ella, su loba blanca apareció.
La miré embobado al igual que Ryder. Negó sutilmente pero ya no había marcha atrás, ambos estábamos metidos en esto y hasta que uno no se rindiera o muriera, no pararíamos. Esperé y esperé hasta que Ryder saltó sobre mí, busco morder mi cuello pero el tenía desventaja, yo era mucho más grande que el. Lo mordí en su espalda y lo tiré al suelo, lejos de mí.
-Maldito... -gruñó y reí internamente-
Volvió a saltar hacía mi y lo esquive, ahora fue mi turno de saltar. Mordí su pata delantera izquierda y lo deje rengo, mordí su oreja y creó arranque parte de ella. Nos separamos y note cuan herido lo había dejado, note sangre cayendo de mi espalda, el me había mordido ahí y ni lo había sentido.
Noté como Ryder estaba agitado y comenzaba a cansarse, estaba aturdido. Era muy joven para mantener un combate de tal magnitud. Buscaría la forma de lograr que se rinda, lo distraje y lo tomé del cuello, ejerciendo presión sobre su yugular pero no lo mordí, fingía hacerlo. Entonces noté como empezaba a llorar cual cachorro. Lo solté y me coloqué ante el, gruñí y me acerqué a el, lentamente comenzó a bajar su cabeza ante mi. Hasta que finalmente lo hizo del todo, bajo su cola y dejo de gruñir. Había ganado.
-Diste una buena batalla pero un beta jamás gana sobre un alpha. -le hablé- Desde un principió tenias la pelea perdida.
-Como digas. -respondió- Me iré.
-No hace falta, no te he exiliado de mi manada. Además no tienes a donde ir. -respondí-
-Solo te pido una cosa. -me miró y asentí para que continuará- Marcala cuanto antes así mi dolor no dura tanto.
Lo miré y asentí. Aunque al mirar a Zafiro sentí algo que jamás esperé. El resentimiento de ser rechazado vino a mí y me arrepentí de haber ganado aquella batalla. Quizá ella se hubiera entendido mejor con Ryder. Negué y me aleje de todos, emprendí camino a mi casa y una vez dentro volví a mi forma humana, me encerré en mi habitación.
¿Había hecho bien en ganar? ¿Y si Zafiro seguía negándome? ¡Carajo! Quizá le había quitado su pareja a Ryder cuando ella le quería o vaya saber. Que mierda. Me coloqué un pantalón de buso como pijama y estaba por tirarme a mi cómoda cama pero alguien llamó a mi puerta. Bufé y fui a atender, me sorprendí al ver a Zafiro.
-¿Qué quieres? -pregunté-
-Aiden yo... -murmuró- Necesito que hablemos.
-Ahora no. -contesté- Estoy agotado.
Dicho eso me volví a mi cama, no le cerré la puerta en su cara por que iba a ser de mala educación así que deje que ella se fuera pero cuando volteó a verla, ella había entrado.
-Zafiro en serio... -murmuré-
-Tienes una herida en la espalda. -dijo preocupada- Déjame curarte.
-No, no me duele así que descuida. -respondí-
-¡Deja de ser así! -gritó molesta-
Me levanté y puse de pie en frente de ella. Le sacaba una cabeza y media por lo cual tuve que bajar mi vista hasta su altura.
-¿Cómo te atreves a gritarme? -gruñí- ¿Y ser así cómo? ¿Cómo tu me hiciste? -pregunté irónico-
-Deja esto Aiden, alejaras a todos de ti... -susurró- No quise gritarte pero... Dios tu eras tan... tan diferente a ahora.
-Vaya pensé que ni me notabas antes.
-Basta por favor... -rogó- Yo no quiero este Aiden.
-¿Me quisiste alguna vez? -pregunté molesto-
-¡Sí Aiden! ¡Sí lo hice! -gritó con sus ojos cristalizados- ¡Simplemente no me sentía preparada para esto! ¡Tenía miedo, j***r!
La miré y mi lobo aulló alegre. Tome su rostro en mis manos y la bese interrumpiéndola. Al diablo con todo.
Continuará...