Capítulo 10:
Zafiro
Los días pasaban y el no daba señales de avance. Habíamos logrado salvar a Aiden de la muerte gracias a la insistencia que pusimos, ya que si fuera por el doctor el ya no estaría aquí. Miré al guapo adonis, parecía que dormía plácidamente. Su brazo se estaba curando de muy buena manera al igual que su herida en el lomo pero lo que nadie notó fue que tenía una gran contusión en la cabeza, gracias a nuestra Madre Luna se estaba recuperando de aquello pero no despertaba.
-Zafiro baja a comer. -me pidió Rushel-
Asentí y acaricie la mano de Aiden antes de salir de la habitación. Mi loba aulló de dolor al alejarse de el pero debía alimentarme. Baje y me senté en la mesa junto a la familia de Aiden y mis hermanas. Comimos en silencio, la alegría en la manada se había esfumado. Finalmente esa molesta cena terminó y Ryder hiso acto de presencia.
-¿Pasa algo? -pregunté y el asintió-
-Vengo a informarle al Beta que he visto tres lobos en las cercanías del limite de nuestro territorio.
-Vale, ya llamó a Zack.
Luego de todo lo sucedido, rechace a Ryder, después de todo lo que había pasado debía corresponderle totalmente a Aiden. Ryder hizo una mueca y se sentó en el sillón de la sala de estar, Zack llegó y conversaron. Subí a ver a mi mate, tenía esa esperanza de entrar en la habitación y encontrarlo ya despierto pero a pesar de que ya había pasado una semana, eso no se cumplía.
-Aiden despierta pronto... -susurré-
Era doloroso verlo así, me sentía culpable. El se merecía a alguien mejor, alguien que lo amará pero me tenía a mi como su mate. ¿En verdad la Madre Luna lo había castigado conmigo? Apoyé mi cabeza entre mis manos y lo observe, era el hombre más guapo que podía ver. Era perfecto, sus rasgos faciales, la curva de su nariz, sus carnosos labios, sus pestañas, todo. ¿Lo merecía? No lo sé... Siempre fui considerada rara, era la ultima Diosa Luna Terrenal y eso ya era extraño.
Lo extraño. Su lobo también duerme desde entonces.
Hablo Akira con tristeza, asentí y la comprendí. La situación nos tenía devastadas. Lentamente me fui entregando a los brazos de morfeo.
Al otro día despierto por ruidos provenientes de la planta de abajo, algo molesta por aquello bajo y me llevó una gran sorpresa al ver a un hibrido frente a mi y la familia de Aiden.
-¿Qué quieres? -pregunté con cautela-
-Solo vine a ver al lobo que casi mato. -contestó-
-¿Para qué? -dije mirándolo con duda-
-No se mejorará hasta que le quite algo que tiene. -murmuró-
-¿Qué? -gruñí- Has de estar demente para pensar que dejaré que el causante de que mi mate este en un estado deplorable pase a verle.
-No me interesa si me dejas o no, Luna.
¿Luna? ¿Tenía acaso el olor de Aiden en mi? El no me había marcado, ni siquiera había vuelto a haber un rose después de todo lo sucedido. Lo miré mal y lo guíe por la casa hasta la habitación de mi mate.
-Pero no te dejaré solo con el. -dije y el asintió-
Era un chico alto, fornido, pálido como un vampiro y musculoso como un lobo, ¿quienes habrán sido sus progenitores como para crear un híbrido? Lo observé detenidamente y noté como este me miraba de soslayo.
-Sé que pasa por tu cabeza, soy parte vampiro, ¿lo sabes no? -dijo en tono de burla-
-Entonces contesta a mis preguntas.
-Mi madre era una loba. -contestó- Mi padre un vampiro, ella era su tua cantante y el era el mate de ella, se enamoraron y en una noche de amor, nací yo. -suspiró- Ninguno vive.
-Bien, supongo cuando sucede algo así no se puede hacer nada. El vinculo es muy fuerte. -dije y el asintió-
Abrí la puerta de la habitación de Aiden y deje que el híbrido pasara. El se acercó a mi mate y lo observó detenidamente. Buscaba algo, pero no sabía que.
-Aquí estas... -murmuró-
Sacó del bolsillo de Aiden un colgante, precioso y antiguo. Lo miré confundida, entonces el chico me miró.
-Es un colgante del antiguo conde Dracula, esto lo mantenía dormido. -dijo y asentí- Despertará en una hora.
-Bien, gracias... -carajo, no sabía su nombre-
-Gabriel. -dijo y asentí- Un gusto Zafiro, pero ya debo irme.
Deje que bajará por su cuenta, estaba expectante de que Aiden despertará. Mi loba saltaba de felicidad, tendríamos a nuestros mates de vuelta con nosotras. Esperé sin pesar minuto a minuto. Quería ser la primera a la que viera. Necesitaba ver sus ojos oscuros posarse en mi. Lo necesitaba a el.
...
Aiden
Estaba en algún lugar lejano, encerrado. Mi lobo estaba conmigo pero estábamos extrañamente separados, el era un lobo y yo un simple humano. A lo lejos oía la voz de Zafiro, suplicando que volviera. ¿Volver a dónde? ¿Dónde estaba?
La lucha con aquel híbrido había sido mi perdición. Era demasiado fuerte, aunque dí una buena pelea me ganó por notable diferencia. Me sentía herido, mi orgullo y dignidad. ¿Así sería un buen alpha? ¿Podría proteger a Zafiro? ¿A mis cachorros? Mierda... Me sentía humillado. Incluso ahora Ryder parecía mejor mate para mi Luna.
Ni lo digas, no pienso dejar que este con alguien más.
Asentí, no iba a discutir con mi lobo. ¿Sería momento de marcar a Zafiro? ¿Debería ya sentar cabeza? Ella no me amaba pero en cambio yo... j***r era capaz de dar mi vida por ella. Lentamente empece a sentir como todo a mi alrededor iba desapareciendo. ¿Qué pasaba? Mi lobo estaba igual de confundido que yo.
-¿Aiden? ¡Dios! ¡Despierta! -dijo esa dulce voz que amaba, Zafiro me hablaba con ansias-
¿Despertar? Entonces sentí su tacto sobre mi rostro, que bien se sentían sus caricias. Mi lobo entonces se unió nuevamente a mi, eramos uno. Sentí pesado mi cuerpo, estaba ¿despertando? Lentamente intenté abrir mis ojos pero mis parpados pesaban, alcance a ver a Zafiro frente a mi pero la luz me cegó y volví a cerrar con fuerza mis ojos.
Continuará...