Ella

974 Words
Capitulo 1: Aiden Hoy era día de caza, la luna estaba en su punto más alto y decidí salir junto con mí hermano Zack a buscar algún siervo, u oso en todo caso. Salimos de casa y nos convertimos en los peludos de cuatro patas, lobos. Mí piel picó mientras el pelaje n***o cubría mí cuerpo y sentí mís huesos crujir ante la transformación, Zack que era un lobo de pelaje café se colocó a mí lado y emprendimos rumbo hacía la oscuridad del bosque, buscando lo que hoy sería nuestra presa. Al convertirnos podíamos conversar mentalmente. -Huelo a otro lobo. -gruñó Zack. -Recuerda que los de Luna Cristal también cazan por aquí. -le recordé.- Huelo a sangre fresca, vamos. Continuamos caminando con sigilo y vimos a un siervo de gran tamaño, se veía delicioso. Estaba por atacar en cuanto sentí ese aroma, jamás espere llegar a olfatearlo. Apenas el dulce aroma de vainilla inundó mís fosas nasales no pude, no logré controlarme. Mí lobo quería correr tras ese aroma el de ella, mí mate, pero yo quería terminar de cazar. Andando. A por ella. Habló mí lobo interior. No aguanté más y corrí como jamás en mí vida tras ese aroma, cada vez estaba más cerca. Había olvidado a Zack y al siervo, solo quería llegar y verla, mí mate. Llevaba siete años buscando mí mate, desde mís dieciocho años y al fin aparecía. Finalmente luego de lo que para mi fue una eternidad, la divise en la nieve. Era blanca, una loba blanca, cosa rara e inexplicable solo las que nacían siendo diosas Lunas tenía ese pelaje. Ella me vió, me estaba esperando, sus ojos grises cual diamantes estaban fijados en mí. Me transmitía paz y afecto, me sentía tranquilo como en casa, una corriente de amor e instinto de protección hacía ella atravesó todo mí ser. Me estremecí. La loba, mí mate de la cual aún desconocía su nombre se paró ante mí y jamás ví una belleza así. -Eres mí mate. -me habló con una voz profunda y dulce. -Y tu mí luna. - le respondí. Ella asintió y se acercó más a mi. Estábamos a medio metro de distancia, mí corazón palpitaba con fuerza. Mí luna, tanto tiempo buscándola y al fin estaba ante mi. -Soy Zafiro. -dijo sentándose en sus patas traseras. -Un gusto mí luna, soy Aiden. -respondí. - Igualmente... ¿Qué se supone viene ahora? -preguntó.- Digo, ya que nos encontramos. -Debo presentarte en mí manada. -le contesté, ella asintió.- Y supongo ver que sigue. Ella me miró detalladamente, su mirada demostraba paz y a la vez temor. ¿Me temía a mi? ¿O a qué? Estaba nervioso, no sabía como actuar, ni qué hacer. Ella me miró una última vez y pronunció algo que me dejo sorprendido. -Mañana te veré aquí y seguiremos el protocolo. -habló con voz firme y yo asentí.- Debo avisar de esto en mí manada, soy la hija del Beta. -Está bien. -suspiré.- Yo debo avisar en la mía siendo el próximo Alfa. Ella asintió y salió corriendo, la perdí de vista entre la nieve. Dí un último vistazo por donde ella sé fue y volví a donde dejé votado a mí hermano. Al llegar me esperaba ya con el siervo muerto. -¿Qué te pasó? -dijo en su forma humana, haciendo que me transforme yo también para cargar a nuestra presa. -Mí mate, apareció. -respondí con emoción y el se sorprendió. -Ya era hora. ¿Es linda? -preguntó y recibió una mirada fulminante de mí parte. -Es hermosa, es una loba de pelaje blanco y ojos grises. -suspiré cual idiota enamorado.- Vamos a casa, debo decirle a nuestro padre. -Será emocionante. Volvimos a casa y no he de explicar cual fue la alegría de mi padre al saber que por fin podría tomar su lugar y convertirme a mí en el Alfa de la manada. Mí madre sonreía, ya querían conocerla. Yo estaba feliz, totalmente emocionado pero... Zafiro, mí diosa luna estaba neutra, no noté ni un dejo de emoción ahora que analizo bien lo ocurrido. En fin, no me pondría a pensar en cosas que posiblemente no eran como yo imaginaba. Esa belleza era mía, estaba destinada a estar junto a mi y tener mís cachorros. Al día siguiente no pude evitar despertarme con una sonrisa en el rostro aunque lamentablemente faltaban al rededor de 12 horas para verla a la noche, en donde la encontré ayer. Mí pueblo estaba alegre, mí anciano padre podría dedicarse solo a mi madre, a terminar de criar a mí hermana pequeña, Even de quince años y por ultimo disfrutar de sus nietos. Zack ya había encontrado a su mate, Framy era la mujer ideal para él, ambos se encontraron a sus dieciocho años, mís padres estaban preocupados por mi ya que con veinticinco años ni siquiera me había sentido cerca de mí mate hasta ahora. -Aiden. -dijo mi hermano entrando en la habitación. -¿Qué sucede? -pregunté. -La loba, tu mate es del clan Luna Cristal. -me informó. Pestañee rápidamente, estaba sorprendido. Los lobos de ese clan eran los más poderosos y mí chica era la hija del Beta. Sonreí, agradecí que no fuera de una manada enemiga aunque eso hubiera dado igual, cuando se trata de tu mate es tu mate y ya, lo demás es ajeno a la conexión. -¿Y eso qué? -pregunté. -Te has sacado la lotería. -se burló y golpeé su cabeza en broma. -Ni le conoces y ya me cargas con ella. ¿Qué confianzas te tomas eh? -bromee. -Ya déjame. -rió.- Bajemos mamá preparo un exquisito almuerzo con el siervo- -Andando entonces. Baje y me encontré con mi familia, el calor de hogar me invadía y me hacía sentir completo, pero sabía que me faltaba mí Luna para estarlo totalmente. Continuara...
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