“Si no aprendemos a soltar, si no dejamos ir, si el apego puede más que nosotros… el dolor crecerá sin parar y nuestra tristeza será la compañera de ruta.” Jorge Bucay Aghata regresó después de la media noche, intentando no hacer ruidos, estaba tan feliz con su anillo de compromiso que ansiaba contarle todo a su hijo. Fue hasta su dormitorio y comenzó a cambiarse para dormir. Sonó la puerta con varios golpes suaves y rápidos. Aghata supuso que se trataba de Emily. —Aguarde un minuto —terminó de ponerse la bata de seda y fue a abrir. —¡Holaaa! —dijo Emily emocionada y en voz baja. Aghata sonrió, le hizo señas con la mano para que entrara y le mostró el hermoso anillo de compromiso. —Me voy a casar —susurró. Ambas se abrazaron y rieron de felicidad. —¡Felicidades! —¡Gracias! —mu