Lo que estaba ocurriendo no estaba bien, era extraño, confuso y tan intenso. Ambos se sentían mal, debilitados y desbordados de un nuevo sentimiento tan cálido. Jimin podía creer él era el que se estaba siendo mucho más afecto, pero Yoongi lo creía igual. La realidad es que ambos estaban afectados de la misma loca manera.
Yoongi tuvo mucho control y fuerza interna para lograr separarse solo unos pocos centímetros del pequeño omega, tomó un duro respiro, no mejoró las cosas, pero pudo sostener con sus manos el rostro del niño. Esto no podía ser, se supone que esto nunca iba a pasarle. No era posible. Pero ahí estaba él, deseoso y protector, y tan, tan malditamente atraído. Aun así no estaba siendo solo el aroma floral el que hacía fuertes estragos en él, no, era porque se trataba este chico.
—Y-yoongi, tú...— Jimin tenía la mirada brillosa, únicamente mirando al alfa. El hecho desagradable de lo sucedido hace unos minutos atras habia desaparecido de su memoria, al menos ahora lo único que le importaba era permanecer en los brazos del alfa. ¿Estaba volviéndose loco ahora? ¿Cuando sucedió...? O... ¿Esto estaba sucediendo porque era un omega? Algo se destrozó en Jimin, aquel último pensamiento estaba regresándole a la realidad. Donde él era un omega y la persona al frente de sus ojos era un alfa, no había más que primitivismo. Solo una fuerte atracción y nada más.
Teniendo esos pensamientos en mente, Jimin tomó distancia al colocar sus manos sobre las contrarias y retirarlas de su rostro. Su mirada dolida y algo furiosa, ¿por qué no solo se quedó siendo un beta? Él no tendría que pasar por estas cosas si así hubiera sido, todo hubiera sido menos doloroso.
Pero Yoongi no le permitió seguir con sus inseguridades y frustración, no había porque tenerlas. —Estas equivocado, no estoy queriéndote porque eres un omega, eso es solo un pequeño detalle— Su mirada pareció endurecer un poco, estaba mostrando seriedad, pero también estaba siendo lo más suave posible. —Me has cambiado un poco—
—Soy un omega...— la voz rota de Jimin lo tocó.
Yoongi se encogió de hombros —No me importa, aun si no lo fueras sé que hubiera caído ante ti de todas formas. Estoy tan seguro de eso que me siento un idiota, no quería a nadie en mi vida, estaba bien estando solo. Pero tú solo lo cambiaste todo- Dió un paso hacia delante —Me vuelves loco en todos los sentidos— Una sonrisa surco en sus labios —Me estas haciendo queres cosas que ya había olvidado o simplemente me dije que no pasarían en mi vida— Su mano alcanzó los cabello claros del niño, —Quiero al mocoso que me vuelve loco, ¿entiendes ahora?— Tan suave.
—Esto... esto seguramente vuelva loco a mi hermano— Sonrió. Él era hermoso. —Solo arrepiéntete y te mataré— amenazó seriamente y aún lucía bonito. Su rostro, su mejilla se acarició en el pecho de Yoongi. Se estaban abrazando y al parecer no iban a soltarse en un buen rato. Solo se sentía extremadamente bien. Ugh, Jimin se sentía tan tímido, aun así se separó con fuerza y le hizo saber al alfa... —Solo para que no tengas una idea equivocada, no estoy aceptando a Agust. ¿Entiendes?— "Estoy aceptando Min Yoongi" gritaba su mirada.
¡Maldición! El alfa estaba siendo nuevo en esto, lo beso, dejó un beso en su frente, pues no quería asustar al mocoso. —Lo entiendo—
Jimin frunció el ceño, ¿qué diablos fue eso? ¡Que beso tan simple! La verdad era que quería besar los labios del alfa, aunque no supiera cómo. Estaba siendo nuevo en esto. Para cuando se dio cuenta sus labios ya estaban siendo besados, bien, esto es lo que quería, pero... pero estaba siendo demasiado.
—Lo pedias—
—Yo no lo hice, alfa loco— Estaba bien estar un poquito avergonzado, fue lo que pensó Jimin. Lo empujó lejos, refunfuñando casi silenciosamente mientras iba escaleras arriba. La idea ahora era no ver el rostro de Yoongi porque lo más seguro seria que fue él el que se lanzarse por un beso, así que se encerró en el cuerto de baño. Necesitaba un ducha.
Yoongi no hizo más, él también estaba un poco mucho fuera de sí, solo necesitaba de un momento para poner nuevamente sus pensamiento en orden. Nada cambió, pues sus pensamientos ya estaban en orden. Solo pudo sonreír mientras caminaba hacia su habitación, diablos, realmente había caído por un mocoso, eh... cayó casi sin vida sobre su cama, escuchando las gotas de agua que caían de la ducha.
—Ahora si perdiste totalmente la cabeza...— Dijo en tonos bajos echando su antebrazo sobre sus ojos, cubriendo su visión. Su sonrisa aún era visible. Pero solo basto un desagradable pensamiento para que su sonrisa se borrara, él pensó en su hermano menor, en San. ¿El idiota había perdido totalmente la cabeza? Al parecer. —No volverás a tocarlo— Él no lo permitiría. Realmente iba a matarlo si lo hacía. Pensó, lo pensó mucho...
Jimin dejo el cuarto de baño, secando con una toalla su húmedo cabello. Tomó asiento en la cama, luego se echó hacia atrás, quedando su cabeza sobre el pecho del alfa. —Tu hermano, él, no quiero volverlo a ver— Estaba pidiendo algo casi desalmado, pero vio a Yoongi asentir de acuerdo.
La mano del alfa dio con los cabellos húmedos, —Estas empapandome— acarició los cabellos.
—Ve a tomar un ducha— No fue un pedido amable, fue una orden alegre. —Aun hueles a barbacoa de cerdo— su nariz se frunció. Dejó de estar sobre Yoongi, —Vamos, tienes un libro que escribir—
—¿Eres mi nuevo editor o algo así? Ni siquiera Taehyung es así de exigente— Se enderezó, haciendo lo ordenado.
Para cuando Yoongi dejo el cuarto de baño se encontró con el mocoso distraído en su portátil, claro, el niño tenía su contraseña. Y por supuesto que este se encontraba leyendo su nueva obra, quiso lanzarlo lejos pero solo lo asustó al decir:—¿Qué te parece?—
Jimin se giró lentamente, sonriendo en grande y con ojos brillosos —Debo ser el primer lector de este libro— Definitivamente el niño era todo un fanático, su fanático número uno, y al que más apreciaría.
—Lo pensaré...— Se echó hacia atrás, —¿Café?— El mocoso asintió.
Yoongi retrocedió dejando luego la habitación, lo que necesitaba ahora era una buena taza de café. No tardó en prepararlo y tampoco en servir en ambas tazas. Ya con tazas en mano se dirigió hacia las escaleras. Se detuvo. El timbre se escuchó, la ira volvió. Dejó las tazas sobre la mesada nuevamente, caminó hacia la puerta pero antes echó una mirada detrás suyo. Por supuesto, dio con Jimin arriba asomándose algo asustado y enojado. Yoongi quiso decirle que estaba bien, pero no salio nada de su boca, pues nada lo estaria si es que se trataba de su idiota hermano.
La puerta se abrió, Yoongi a ceño fruncido gruño rápidamente —¡Vete a la mierda!— Dió con una mirada aterrada. Diablos, se adelantó a los hechos, —¿Qué quieres chico?— Se calmó, sólo se trataba de su vecino.
Jungkook ya no sabía si era bueno dejarse escuchar. —Uh... y-yo, mi-mi— Titubeó al principio, pero para terminar su agonía él dijo de manera rápida —Mi suéter amarillo se quedó en su casa—
—¿Suéter amarillo?— Yoongi recordó que el mocoso había usado algo de ese color y le había desagradado por alguna razón, ahora sabia el porque. Apestaba al chico Jean Ki. —Espera— Giró, Jimin aún se encontraba asomado. —El vecino busca un suéter amarillo, ¿dónde ésta?—
Jimin dejó de estar escondido, bajo unos cuantos escalones y echo mirada a su alrededor. —Estaba ahí— Apuntó al respaldo del sillón. Puso su cabeza en marcha con los recuerdos, él lo había tenido en sus manos antes de que... antes de que el hermano idiota de Yoongi saltará hacia él. Si, totalmente desagradable. El escalofrios barrió su cuerpo. —¿Desapareció?—
Jungkook anotó algo mentalmente: No olvidar nada en casa de su amigo, de Park Jimin. —Era un regalo de mi abuelita— Aún así no se veía muy triste —Si, si lo encuentras, uh-
—Claro, lo buscaré— Jimin le interrumpió —No pudo solo haber desaparecido— Rascó su nuca —Debe de estar por alguna parte— De alguna manera tenía el presentimiento de que no lograría encontrarlo.
La despedida fue breve. La puerta volvió a estar cerrada. Ahora Jimin se encontraba paseándose por todo el living, buscando la bendita prenda de horrendo color.
—¿No lo quemaste, verdad?— Yoongi rió ante la mirada —Solo digo, después de todo sueles quemar lo que no te gusta— Él estaba en lo correcto.
Rodando los ojos Jimin negó toda acusación, pues:—No tuve tiempo— bromeó. La risa de ambos se escuchó en perfecta sincronía.
—Vamos, tengo que escribir y tu leer— Yoongi estuvo por volver a tomar las dos tazas, él recibió un mensaje.
—"Soy Yongsun, se que si te llamo no me contestarás, solo quiero decirte algo. San, es omega"—
Yoongi mantuvo su mirada confusa en Jimin...