Capítulo 1

2579 Words
Ser hijo unico a veces puedes ser un conflicto y a veces algo bueno. Desde que soy muy pequeño he vivido encerrado en nuestra humilde casa y sin posibilidades de salir, fue recién a mis dieciocho años que pude estudiar la universidad como un chico normal. Muchas veces me molestaba y lloraba de indignación por no poder salir y hacer amigos como los demás pero mamá tenia sus motivos. Resulta que cuando ella era joven, se vio obligada a casarse con el Príncipe y se convirtió en la heredera del reino junto a su esposo, quien es mi padre. Pero cuando este es asesinado de forma misteriosa, mi madre asume la corona y se convierte en la Reina. Ella y mis abuelos, comenzaron diversos negocios de comercialización que le permitirían al país avanzar económicamente con otros aliados. ¡¡Las cosas salieron MAL!!! Algo paso, nadie entiende que, pero misteriosamente el dinero desapareció y cuando los recibos se revisaron, se dieron cuenta de que todo fue una mala inversión de mi madre y en lugar de ganar dinero, se estaba perdiendo. Eso enfureció al país, tanto porque las personas no estaban cobrando sueldos ni había dinero en absoluto, la parte obrera del país estaba sufriendo y solo querían la cabeza de mi madre. Gracias a Dios, pudo escapar del país y se exilio en la casa de la ex novio de mi padre y la mujer que fue su amante cuando el recién se había casado con mamá. Ambas se hicieron grandes amigas y al poco tiempo nací yo. Mamá estaba preocupada de que supieran que existíamos, debido a que escapamos de apuro y nuestro linaje fue quitado de la dinastía real, ella tenia miedo de que al enterarse de que estábamos ilegalmente en el país, nos deportaran y que luego de regreso; nos asesinaran. Ya resumida mi patética vida, ahora volvamos a lo real. Tengo veinticuatro años, ya soy un graduado y estoy sentado en mi habitación planeando. ¿Qué planeo? Mi venganza o justicia, como le quieran llamar. Hace unos años prendí la tele y puse el canal que nunca en mi vida había visto, el de mi país o mas bien el de mi madre. Ahí me enteré que tras la destitución de mamá, otra pareja junto a su pequeño hijo de dos años, tomaron el trono y se convirtieron en la familia real. Hoy son el Rey y la Reina, junto a sus dos hijos. El hijo varón tiene el que siempre debió ser mi titulo; Príncipe heredero. Me molesté mucho porque mientras hablaba con mi tío Edgard cuando mamá estaba durmiendo, el me dijo que estaba seguro de que el dinero no debía perderse y el siempre sintió que alguien mas intervino para que eso pasara y así mamá quien era la primer mujer en tener el gobernato total, fuera marcada como que las mujeres no estaban hechas para ser Reinas supremas. Aunque mamá crea ciegamente que es su culpa, mi tío asegura que no es así y me molesta que estemos sufriendo esta vida y siempre con total miedo a que nos atrapen, por algo que a lo mejor fue un plan de esta familia para quitarnos el trono. Tras cuatro años de preparación, finalmente estoy listo para infiltrarme en el palacio como un guarda espaldas y poder encontrar las pruebas que incriminen a esta familia y limpien el nombre de la mía, acompañado de una venganza suprema. Ya tengo todo listo, en la mañana voy a partir a esta misión y si bien mamá me rogó que no lo hiciera, yo le supliqué que me dejara hacerlo. Ella merecía justicia y también merecía saber si realmente fue su culpa o no. Mamá esta enferma y no tiene muchas esperanzas de vida, mas porque no puede ir al hospital por miedo a ser deportada y que se vuelva peor, estamos en el país de forma ilegal y debemos mantener las apariencias. Debo limpiar su nombre, para que ya pueda ir a un hospital sin miedo y si muere al menos sabrá la verdad. La verdad siempre es mejor que el engaño y la falsedad. Según organice con mi tío, quien es la mano derecha del ahora Rey, voy a infiltrarme como el guarda espaldas del Príncipe heredero, algo que para mi es perfecto. Ganarme al Príncipe hará mi venganza mas efectiva y real, quiero venganza y justicia, quiero ambas cosas y las voy a obtener. Me desperté en la mañana, tenia un fuerte dolor de cabeza así que me levante, tome algo para el dolor y subí a guardar todos los papeles de mi plan donde no solo tengo mis estrategias a tomar, sino también información de cada m*****o de esa familia, todo lo que necesito para poder ganármelos y que así la venganza sea mas efectiva. Metí todo en un pequeño maletín y baje al primer piso a desayunar con todo ya preparado. —¿Estas seguro de que esto es una buena idea? —Preguntó mi tía mientras llenaba otro plato de comida, seguro era para mi mamá. —Estoy seguro, mamá necesita esto aunque no lo admita —Contesté acabando mi estofado, me levante y tome el que mi tía tenia en la mano— Alimentaré a mamá, así me despido de ella y hago que se sienta mejor —Mi tía soltó el plato asintiendo y me fui a la habitación de mamá. Al entrar la vi, estaba acostada con la mirada en el techo, lucia muy cansada, mas que cansada, parecía agotada. Entre y me senté en la cama, ella me sonrío en cuanto me vio, sería hermoso que esa sonrisa llegara a sus ojos. Me abrazó y yo comencé a alimentarla. —¿Como te sientes hoy mamá? —Pregunté y ella hacia señas raras con la mano mientras tragaba una cucharada. —Me siento igual que ayer —Eso es bueno, al menos estas igual que ayer y no peor —Comenté yo y ella sintió con la cabeza, siguió comiendo. —¿Estas seguro que quieres hacer esto? —Sus ojos aperlados me observaron, ella estaba preocupada, pero no se niega porque sabe que soy un adulto y esta es la decisión mas madura que he tomado. —Estoy seguro mamá, soy un adulto y esta es la decisión de un adulto que sabe que no podemos seguir viviendo así, esto no es vida —Intente convencerla, aunque ella no esta en contra, aun así quiero que vea que esto es lo correcto. —Confío en ti, se que si lo decidiste es porque es lo mejor. Se que esto no es vida para nadie, menos para un muchachito como tu pero... a la hora de la verdad, harás lo que creas mejor y aunque sea un error, lo continuaras, porque sabes que es lo mejor —Habló ella, siempre trata de justificar sus decisiones con respecto a mi, pero no necesito que se justifique. —No te justifiques mamá, se que todo lo que has hecho a sido por mi bien y pensando únicamente en lo mejor para mi. Estoy agradecido contigo, pero ahora me toca a mi hacer lo que crea mejor para esta familia —Mis palabras le dieron confianza, nos abrazamos y parecía que al fin todo estaba volviendo a su lugar. Me quedé un rato mas con ella antes de que tuviera que ir al aeropuerto a tomar mi avión. Busqué el peine y me dedique una larga hora a peinarla, vestirla y maquillarla. Si bien ella esta enferma, aprendí en mi clase de psicología que la mente es muy importante a la hora de estar enfermo, porque si tienes ganas de vivir y te sientes bien, puedes sobrellevar mejor la enfermedad. Por eso siempre la arreglo, quiero que se sienta hermosa y que eso la ayude a recuperarse, estar enferma no es una excusa para estar toda mal arreglada y faltarle a la higiene principal. —Me gusta que me peines —Susurró ella sonriendo —Me gusta peinarte —Susurré yo también sonriendo y al final me despedí de ella. Mi tía me acompaño al aeropuerto y se quedó ahí conmigo hasta que llegó el avión. Me lo tomé y emprendí el viaje de dos horas, fue corto y rápido, la verdad es que no nos fuimos muy lejos hace veinticuatro años. Al llegar alguien me estaba esperando con un letrero, me acerqué dudoso y el hombre alto me sonrío. —Buenas tardes joven... —Dio vuelta el cartel que tenía en la mano— Julian —Dijo finalmente sonriendo. —Gracias por recibirme —Comenté yo esperando que me dijera su nombre o al menos algo, esto estaba muy incomodo. —Soy Nick, el mayordomo principal del palacio y el que maneja absolutamente todo dentro del mismo —Hablaba el con mucha elegancia, ahí lo recordé. Mamá me había hablado mucho del mayordomo principal Nick, quien fue un gran apoyo para ella cuando le toco afrontar la muerte de su esposo y la sucesión de Reina. —Un placer —Dije sonriendo y el me observo de una forma extraña— ¿Sucede algo? —Pregunté —No, solo siento que ya lo he visto alguna vez —Me observaba mucho, quería saber de donde me conocía y el realmente no me conoce, pero tengo un gran parecido a mi padre y por eso cree haberme visto antes. Me vio en el hace mas de veinticuatro años. —Ya sabes lo que dicen, el mundo es tan pequeño que al final de una u otra forma nos conocemos todos —Intente hacerme un poco el gracioso y al parecer le gusto mi respuesta. Sin decir una palabra mas, nos subimos a la limusina y tras una indicación al chofer, esta se puso en marcha. Me tocó la ventanilla y pude observar el paisaje, ese paisaje del que fui privado de ver pero que mi madre pudo disfrutar cuando era una niña y no le preocupaba abandonar ese momento de felicidad que su corazón atravesaba. Que lindo es imaginar ese momento, el momento en que de una u otra forma, acaba para siempre, ese momento de felicidad que jamas en la vida vuelves a experimentar. Había infinidad de niños jugando a la atrapada, mujeres haciendo las compras, hombres haciendo el aseo en la vereda y se notaba porque traían un bonito delantal. Incluso se podían apreciar a otros hombres en traje que corrían a la oficina con caras de vinagres, porque saben que su única felicidad es estar en casa y también están esos con caras de felicidad, porque estar en casa es tortuoso y cuando van a trabajar experimentan la felicidad. ¿Como vivía mamá cuando era estudiante de secundaria? ¿Su mamá se encargaba del aseo sola o lo hacía su papá? ¿Ella ayudaba con esas cosas como yo ayudo a la tía? ¿Como era su vida social? ¿Tenía novio antes de casarse con papá? ¿Como era su grupo de amigas? ¿Eran bonitas o se maquillaban para hacerse las adultas? La verdad no lo se, mamá nunca me cuenta de su vida anterior y entiendo porque lo hace, yo jamas le pregunté porque se que abandonar todo eso fue difícil para ella y no tiene sentido recordar el pasado, un pasado que quedó enterrado cuando toda esta gente quería su cabeza. No la obtuvieron gracias al cielo y jamas la van a obtener, porque mamá no hizo nada que dañara a su amado país. Si la gente no lo entiende, lo lamento mucho pero esa es la verdad y esa es la realidad. Estoy totalmente seguro de eso. Aunque si hubo algo que mamá me contó. Me dijo que cuando era chica, solía ir a hacer las compras por su cuenta, siempre iba a las mismas tiendas por ende todos la conocían y la recibían rebosantes de alegría de verla. Ella incluso me contó que le gustaba cantar en esa época y siempre cantaba por las calles mientras hacía las compras. A la gente le gustaba escucharla, decían que tenia voz de ángel y hasta los pájaros la querían escuchar. Me gusta pensar en la infancia de mamá y me cuesta pensar como toda esta gente que tanto la amaban y siempre esperaban que ella llegara a las tiendas para escucharla cantar, pudieran firmar un papel para que la sentenciaran a muerte. Es algo difícil de meter en mi mente, pero la gente es como una cometa; siempre van a donde la lleva el viento y sus pensamientos cambian cuando se involucra su supervivencia. Cuando menos lo noté, ya habíamos llegado. Mire todo los alrededores, el palacio no me resultaba familiar en absoluto aunque nunca había estado en el. Pero técnicamente es el lugar donde vivió mi madre, realmente creí que sentiría familiaridad o algo así. Pero no sentí absolutamente nada, no era mas que un tonto palacio mas como deben haber en todos los países con monarquía. Entre lentamente y al llegar a una sala especial, fui recibida por una mujer; la Reina. —Hola Julian, soy Ellie —La observe y sentí mucho asco hacía ella, no era mas que una aprovechadora. Estaba segura que lo que le paso a mi madre fue producto de esta mujer arpía y su esposo. —Un placer majestad —Me incline pero ella me hizo señas para que me detuviera, me alegra saber que en el fondo puede ver su lugar. No es mas que una farsante. —En unos minutos bajara mi hijo y podrán conocerse —Dijo ella sonriendo, hasta que un fuerte ruido nos alerto de una presencia. —Yo que... —Dijo esta persona que entraba, lo reconocí como el Príncipe que se robo mi lugar. Estaba levantando su celular del suelo, de ahí viene el fuerte sonido. —Hijo, el es Julian; tu nuevo guarda espaldas personal —La mujer estaba ilusionada pero el chico me miraba con sorna. —¿Este niño es mi guardaespaldas? —Preguntó irónicamente, se estaba burlando de mi, podía verlo. —No soy un niño, me llamó Julian y tengo veinticuatro años —Comenté dándole una reverencia pero también mi peor cara de odio, cosa que el notó de inmediato pero lo ignoro. —Yo me llamó Agustín y tengo ventiseis años —Dijo el con mucho orgullo, enserio este tipo es un completo idiota. —No le pregunté su nombre alteza, pero de todas maneras ya no se puede hacer nada ¿Verdad? —Su madre se río de mi comentario y el entorno los ojos molesto. —Agustín, acompaña a Julian a su habitación y llévate bien con el porque a partir de ahora lo veras todos, todos, todos los días y dile a tu hermana que también debe presentarse, esta niña es una maleducada —La señora se fue irritada al final, supongo que por la maleducada de su hija. Aunque a mi me da completamente igual. —Acompáñame —Dijo el con sorna y yo lo fulmine con la mirada. Me molestaba que alguien como el estuviera guiándome por el que siempre debió ser mi palacio y mi casa. Mi madre se casó acá, se volvió mujer acá y se convirtió en una Reina, pero aun así yo que soy su hijo, estoy siendo guiado por alguien que nunca debió entrar acá en primer lugar. Todo como si yo fuera un extraño, cuando los extraños son ellos.
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