Capítulo 6:rivalidad

1201 Words
La enfermera atendió al anciano cuando este grito, el hombre ya estaba alterado y todo era una locura, aran no parecía querer ceder tampoco. Alfa y omega se vieron durante varios segundos de manera desafiante y entonces, el omega bajo los hombros para luego componerse. -¿llamó al director ? - preguntó aran mirando con brazos cruzados por el pecho. No cuestiono esa mirada desafiantes, ni la sonrisa lobuna qué lanzó Roma en cuanto escucho su voz desinteresada. -Llame al médico en jefe por favor-el secretario respondió por roma, el alfa nunca despegó la vista del omega. -claro, claro- sacudió su mano, la enfermera le dijo algo al anciano y la habitación estuvo en silencio hasta que él secretario interrumpió, esta vez con un tono más autoritario. -sí doctor, por favor - -claro- sonrió Aran, se dio la vuelta, dio dos pasos en dirección a la salida y regreso - hola, soy el director de este hospital- La enfermera y el anciano soltaron una risita al notar que el doctor estaba tratando al alfa como a un niño, el anciano sabía bien quien era el doctor - Soy la máxima autoridad aquí ¿no te gusta la atención? ¿Tienes una queja para dejar por escrito? ¿te causó problemas?¿Quieres otro doctor que no sea omega o es solo por mi?- Roma lo vio con los ojos enormes, la vena saltando en su frente y un sudor frío recorriendo su piel, la sangre había manchado las vendas recién puestas y su rostro era una desastre. -Maldición roma, mi hija debió dejarte morir en ese callejón, llévenselo de aquí si tanto le molesta, en esta zona no hay más hospitales pero a 1 hora de aquí esta el hospital general... - Alzó su mano quitando importancia pero abruptamente se congeló. El rostro de aran qué miraba al costado se puso pálido, su mirada se enfocó rápidamente al frente y vio como la cara de Roma se descompuso en un instante, su anterior expresión de odio se desvaneció y solo apareció una profunda tristeza que aran no comprendió. -la niña que me salvó es tuya… ¿tuviste una hija? - el anciano y el secretario vieron esta reacción y si fuera humanamente posible, sus mandíbulas habrían llegado a las baldosas del piso. Aran tragó en seco, sus cejas llegaron a doler cuando espero una respuesta. El anciano se dispuso a hablar con el doctor y los dos quisieron salir de ahí. -enviaré a otro médico, es igual de bueno que todos los que pueden tratarte y atenderá sus necesidades, señor alieri, espero lo saque de aquí lo antes posible no quisiera mantener a esta bestia sedada- -doctor Ellis, ¿es necesario que lo saquemos antes del alta? Sé que se comporta como un niño pero al menos hasta que le den el alta - Roma escuchó el apellido de aran y sus ojos desenfocan, sonrió como trastornado y pensó "ni siquiera te quedaste con ezra" Su abuelo trataba al omega con familiaridad y casi mantenía una actitud de respeto hacia él, algo poco común en ese vejete. Levantó la cabeza y llamó al secretario, el anciano mientras tanto volvió a su lugar con ayuda de la enfermera. "cierra la puerta, qué no salga de aquí" Aran escuchó aquello y lo miró bastante descolocado, quizás Samantha no estaba tan equivocada. Cuando el secretario dio la orden a los guardias, una mano se interpuso en la puerta y entró Nicola parándose detrás de aran. -¿Crees que puedes seguir igual que antes? Dando órdenes, humillando, burlándote de los demás a tu gusto- miró enojado a roma, desafiante y cargando todo el enojo que ha guardado por tanto tiempo. - no soy la misma persona que hace 6 años roma, no puedes dar ordenes en mi lugar- -¿Necesitas algo? - preguntó Nicola, los dos guardias estaban preparados para cualquier cosa, nico paso su mano por la cintura del omega y afirmó su cabeza a un costado comprendiendo las feromonas dominantes qué él alfa en la camilla estaba esparciendo, roma sabía que aran era el único omega en ese cuarto. Roma apretó con más fuerza sus puños. Aran lo noto y le dijo a la enfermera - hazte cargo de su herida por favor, si no quieren qué muera desangrado mantengan bajo control a su jefe, las cámaras de seguridad nos darán la razón, señor alieri, si se deja atender, puede sacarlo de aquí mañana, dejaré a otro médico a su cargo, un "alfa" - remarcó la última palabra. Se giró con nicola dispuesto a salir. -¡vuelve aquí! ¡Te mataré si das un paso más! - volvió a ponerse como un loco solo enfocando al alfa al costado de aran, la mano en su cintura lo ponía de los nervios como si después de todos esos años le naciera un sentido territorial. Como si ahora tuviera el derecho cuando hace seis años, jamás lo hizo. Nicola sacó un arma al ver como los guardaespaldas comenzaron a moverse en dirección a ellos y roma se intentó bajar de la camilla, el secretario de repente comprendió qué esto no tenía solución, el guardaespaldas armado de aran tenían la ventaja. Estaban dentro de un recinto hospitalario y sería completamente justificable, controversial y sumamente peligroso para toda su familia que ahora roma continuará actuando como un loco. El secretario estaba apuntó de comenzar a moverse cuando aran volvió a hablar. -roma-dijo con voz suave, su jefe parecía haber sentido miel derramarse en su paladar, piel, oidos, quedo con una de las piernas colgando de la camilla mientras sostenía su estómago, su rostro estaba oscuro de expresiones de dudas - decídete, es igual que hace seis años, quieres que me vaya pero te desmoronas, quieres que me quede pero me insultas, porque no vas y te mueres así al menos sabría que no estás en ningún lugar de este mundo respirando el mismo aire qué yo- Nuevamente la expresión de asombro de los presentes se hizo notar. El anciano esta vez pasó del asombro a una sonrisa de satisfacción. Para el secretario fue un "es muy valiente o demasiado estúpido" -¡quédate ahí, aran! Escúchame, te detesto, eres lo que más detesto- Aran soltó una carcajada, nicola se sorprendió porque jamás vio a aran soltar tanto veneno contra alguien - en algo estamos de acuerdo, aunque para mi es distinto, yo te odio, odio todo lo que respecta a ti - se retractó - no, elegí mal esas palabras, odio todo lo que respecta a ti desde ese último día en que te vi y no quiero verte otra vez, desaparece igual que hace seis años, esfúmate y hace tu vida lo más lejos de mí qué puedas, si quieres morir hazlo pero no en mi hospital, si quieres insultar a los omegas, hazlo pero fuera de aquí, regodeate con tu miseria pero lejos de mí - Nicola sonrió con satisfacción lo que hizo que Roma sintiera toda la furia emerger de repente, salieron del cuarto y otro hombre se paro como una muralla del otro lado de la puerta, vio con desprecio a la gente dentro y la deslizó hasta cerrarla.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD