Capítulo 9

1379 Words
—Si estoy celoso o no, no debería importarte, es mi problema si quiero perder mi tiempo celándote, y por último, no me cogeré aquella chica, yo te amo y lo sabes, solo que no quieres aceptarlo o no sé qué loquera se te metió a la cabeza, pero no puedes hacer que me enamore de ti y luego herirme solo porque según tu solo quieres ser mi amiga con derecho, no puedes hacer y deshacer el corazón de las personas. —Ella se ofende un poco pero se defendería. —¿Y dónde está tu moral? Tú siempre haces y deshaces conmigo cuando se te dé la gana. —Alessandro restriega su mano en la cara con frustración. —Entonces, ¿Tú rencor es más fuerte que tú amor por mí? —Ella se ríe. —Antes yo te amaba y tú no a mí, ahora tú me amas y yo no a ti, es la verdad, acéptalo, al menos agradece que quiero seguir siendo tu amiga con derecho. —Él se niega. —Eso no me sirve porque no solo quiero sexo contigo. —Ella se suelta finalmente de él. —¡Cómo sea! ¿Cuánto quieres apostar que solo me quieres para sexo? —Se voltea y comienza a menear su trasero lentamente en su pantalón. Quería provocarlo y probar que él miente en todo, y por más que él quisiera, no le iba a dar el gusto, había captado sus intenciones y se iba aguantar por más que estuviera erecto. Ella hacía todo adrede, todo para ponerlo a prueba y creerle después de tantas mentiras que ha dicho, era eso o sencillamente lo hacía porque decía la verdad, que ella no lo ama y ahora solo quiere sexo. Pero se equivocó con Alessandro porque luchara y hará lo que haga falta para volver hacerla suya como esposa, antes era injusto, él era de todas pero ella era suya, ahora ella es de todos y él se siente suyo, Alessandro la quiere para toda su vida. Él reacciona, había estado pensativo, no quería ver como Sam le meneaba el trasero para levantárselo, él quería concentrarse en otra cosa para no caer en su juego, sin embargo, se olvidó demasiado del mundo que sin darse cuenta esta bailando con otra chica, era la misma chica que no le quitaba el ojo de encima, él dejó de bailar con ella y comenzó a buscar a Samantha, no fue tan difícil, ella estaba en la barra tomando shots, no paraba, estaba como loca. —Debes acabar con esto, te harás daño —susurra en su oído. Ella lo miro de arriba abajo y se ríe. —Más daño me haces tú, lo que hago es poco. —Estaba siendo demasiado chocante y tal vez la paciencia de Alessandro acabaría en cualquier momento, pero su amor por ella es mas fuerte—. ¿Me das uno de esos? —le pregunta a un chico sentado al lado de ella, quien estaba fumando, ese chico alza los hombros y le entrego el cigarro sin ningún problema. —¿Desde cuándo fumas? —Le arrebata el cigarro. —¿Desde cuándo te importa? Yo hago lo que se me dé la gana, tú lo haces, ¿Por qué yo no debería? —Se pone a la defensiva y trata de quitarle aquel cigarrillo. —No hagas lo qué los demás hacen. —Lanza el cigarro en alguna parte y toma su mano—. Nos vamos ya. —La hala y ella lucha contra eso. —No papi, deseo quedarme aquí, con mi amigo. —Ve al chico que le acaba de dar el cigarro. —¿Es tu padre? —pregunta aquel chico castaño quien saca otro cigarro para seguir fumando. —No —responden estos dos al unísono. —Él es… —es interrumpida por Alessandro. —Es mi novia y me dice papi por cariño. —Ella lo mira raro. —Claro que no —discute. —¿Ah no? ¡Perfecto! ¡Nos vamos! —La toma de la cintura y la carga en su hombro como un saco de papas. —¡Bájame, imbécil! —Y comenzó a caminar para podérsela llevar—. ¡Ayuda! —Disculpe caballero, la dama desea que la bajes. —Intercede un desconocido en el camino. —Es mi novio y hago con ella lo que se me dé la gana. —Llega auto y la mete en los asientos de atrás, cierra los seguros para que no salga y los vuelve a abrir para poder entrar. Una vez los dos en el auto, él arranca, eran las tres de la mañana y a Alessandro aun le molesta que le digan lo que tiene que hacer. —¡Alessandro! —La loca atrás en los asientos, estaba ebria, se acerca un poco más a su oído y apoya su barbilla en el asiento del piloto. —¿Si? —Estaba concentrado en la carretera, el camino a casa estaría un poco lejos. —¿Tú me amas? —susurra en su oído. —Ya hablamos sobre eso. —Le irrita un poco, pero lo comprendía, su chica estaba borracha y la cuidaría mas que a su vida. —¿Me ayudas a recordar? —Se pasa al asiento del copiloto muy torpemente y lo mira. —Cuando lleguemos a la casa te ayudo a recordar. —Yo quiero que sea ahora. —Se cruza de brazos como niña malcriada, Alessandro rueda sus ojos y fija su mirada en el camino, Sam disgustada con su actitud logra tener una idea, lleva su mano al paquete de Alessandro y lo soba por encima de la tela—. Esta palanca no funciona —dice divertida. —Sam, estoy manejando, no quiero que ocurra un accidente. —Le quita la mano de encima con delicadeza. —Por favor, cumplamos esta fantasía tan excitante —suplica algo atrevida. —No Sam, por favor tú, entiéndelo, ¡Dios! Cuando estás ebria eres más cachonda, tentadora y peligrosa, pero no haremos absolutamente nada, no es correcto, debes estar consciente y nuevamente te repito que no solo te quiero para eso. —Se altera un poco. —Estando ebria o no siempre voy a querer coger contigo, además, no me importa, fáltame el respeto, viólame, sé que me acordare por lo bien que follas papi —dice con una voz seductora, lleva sus manos nuevamente hacia su pantalón y lo desabrocha, mete su mano y toca el amiguito sobre el bóxer. —Sam, por favor, no hagas esto. —Ella quita sus manos y era mejor, él estaba manejando y Alessandro normalmente cerraba los ojos cuando era masturbado y podría ocurrir un accidente con esos ojos cerrados. —Tú ganas. —Y se ríe, él suspira aliviado. Un rato de silencio y Alessandro no le ha echado un ojo a Sam porque es de noche y desea estar pendiente de su camino, le da un reojo y aquella borracha estaba desvistiéndose. Los pechos de Sam fueron los primeros en estar expuestos, ella sabía que su cuerpo le encantaba demasiado así que debía provocarlo, Sam se levanta un poco y se quita su short juntos con bragas, quedando completamente desnuda. —¿Qué haces? —Mira la pista para ignorar su piel. —Tengo calor —se excusa. —El auto tiene aire acondicionado —se explica como si fuera ilógico, —Pues no parece, tengo calor. —Él suspira cansado. Amaba a su loca pero debía controlarse. Al fin llegan a la casa y Alessandro colo su auto en el garaje, Sam sale desnuda en lo que los seguros están abiertos, él cierra la puerta del garaje con su control y corre tras ella. La encuentra en la piscina. —Samantha, debes salir, es de noche, estas desnuda, el clima esta frio, te puedes enfermar. —Ella se negaba varias veces, parecía una niñita—. Si sales, puedo darte lo que deseas. —Ella se anima y hace caso saliendo de la piscina. —Alessandro… —Sonríe como boba acercándose a él. —Samantha. —La ve con ternura y enamorado. —Shhh… —Coloca un dedo en los labios de él y luego lo beso.
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