Personas no deseada

2297 Words
Caminé hacia la bañera y la comencé a llenar. Escuché donde se abrió la puerta. “Actitud fuerte” me dije a mi misma. No más la Fiorella débil y asustada. Lo que hizo hoy Megan me abrió los ojos. Debo tener mi vida en control. Yo estaba completamente desnuda. —No puedo creer que después de tantos años, me vuelvas loco con tu cuerpo como la primera vez—me dijo Mohamed susurrando — ¿Qué nos pasó? Me dio un beso suave en el hombro. Él estaba detrás de mí. —Nos pasó, que quise una familia y no se pudo —le contesté trabajando para mantener mi voz normal— Y en el intento me perdí —me di la vuelta y le sonríe — Sin embargo, aquí estoy de nuevo. —Te daré una familia Fiorella —me dio un beso ligero en los labios— Nos haremos las prueba… Negué con la cabeza. —No quiero, Mohamed. Me siento tranquila —lo abracé y puse mi cabeza en su pecho — De verdad quiero hacer mi sueño realidad —levante la cabeza y lo mire, su ceño estaba fruncido. Le pongo la mano en la mejilla —Ya me dediqué a eso y sabes que no funciono. —Fiorella, sabes lo que pienso de eso —se me acerca a darme un beso. Me encojo de hombros. —No tienes opción. Me miraba de mala manera, pero esta vez no cedería a nada. —De acuerdo, pero quiero estar informado de todo. Me lanzó a sus brazos y me dio una sonrisa radiante. —Gracias por entender. Aunque bueno para nadie es un secreto que yo ni si quiera había pensado bien las cosas, solo dejé salir una idea, que ahora tendré que cumplirla. Eso me llena de nervios. Mohamed me subió al lavado y yo tuve una increíble idea de abrirle mis piernas. —Esto es solo tuyo Mohamed y nadie lo ha usado más que tú —gemí. Mohamed me dio una mirada con deseo. Y no dudó en sumergirse entre mis piernas y gruñir como un demente necesitado de mí. *** Estamos acostados en nuestra cama, extasiados de la follada que acabamos de tener. A él le empieza a sonar el teléfono y se detuvo, y vuelve a lo mismo. Mohamed se levanta, lo revisa y lo deja en la mesita de noche. Eso me pone de los nervios. —¿Será una emergencia? —trato de sonar más relajada. Él niega con la cabeza. —Nada me quitará de tus brazos —me da un beso en los labios. Asiento. Aunque debo decir amigas, que no estoy muy convencida. Es extraño que lo llamen a las 2 am ¿no lo creen? No lo puedo juzgar, recuerden que él lleva mucho tiempo durmiendo solo y pues yo… “Eres una mujer valiente y muy hermosa” las palabras de Amber. No debo parecer débil. Comienza a sonar mi teléfono y me levanto viendo que es Megan. Vuelvo a ver a Mohamed y él tiene frunciendo el ceño. —Quien te llama a estas horas? Le enseño el teléfono y su mirada se vuelve furiosa. —¿Por qué te llama a esta hora? —No sé, es raro —dejo el teléfono en la mesita de noche—Estoy molesta por lo que hizo. —Ella solo cuida de ti, Fiorella—me da un beso en la sien. —No tenía derecho —seguir muy furiosa y tendría unas palabras con ella. —Soy tu esposo y siempre te cuidare. —No pasaba nada, solo me quedé un poco sorprendida sobre el tema de la infidelidad, eso es todo —lo miré y se veía un poco nervioso. —Si. Bueno ya pasó —me abrazó con fuerza —Descanse. No le quise contestar. ¿Cómo es que uno pasa de estar casi divorciada, a estar otra vez con esa persona? Razón tiene eso que dice, que entre uno más se haga la que no quiere y ahí los tiene. Mi relación no era así, y eso es lo que me está afectado. Solo pienso en lo que éramos antes de que quisiera tener hijos. A pesar de estar en este momento juntos, no me siento nada feliz. No sé cómo explicar la sensación que tengo y eso me hace pensar que yo debería tener un poco de ilusión, felicidad, tranquilidad y amor a Mohamed, pero eso realmente no lo siento. ¿Será que son solo ideas locas mías? Estoy dando vueltas y vueltas en la cama y me entra la idea de querer revisar su teléfono. Escucho su suave ronquido y sé que no se levantará. ¿Aquí es donde me siento un poco mal? ¿Siento esto por la llamada? Claro que sí, hace mucho tiempo que no duermo con él y sé que si no estuviera él hubiera atendido esa llamada. Me quedo viendo la lámpara apagada que tengo en nuestro cuarto y pienso. ¿Qué me diría Amber en una situación así? “Eso es tu autoestima baja Fiorella” “No tienes que pensar en lo que pasó antes, ya están juntos como tú lo querías” “Mente positiva, eres muy hermosa y valiente” después de todo tiene razón—me doy vuelta quedando frente a él— no pienso darle más vuelta a mis inseguridades. Debo luchar por mi relación y seguir adelante. Con toda la autoayuda que me di en la madrugada, estoy sentada con mi habitual taza de café. —Tienes mala cara —me mira de reojo Emily mientras me prepara el desayuno ¿Qué comeré? ¡Aja! frutas, puse cara de asco —Quiero comer wafles con mucha mermelada y… Emily pone los ojos en blanco. —No. Estamos comiendo saludable y esas son…—me interrumpe. Yo le hago lo mismo, no la dejo terminar con su discurso de siempre —Me niego a ser tu ratón de laboratorio —me cruzo de brazos como una niña pequeña. —Fiorella pareces una niña, no deberías de levantarte así —me reprende. Así es amigos, hoy me levante de mal humor y no sé por qué. Tal vez será que esa llamada me molestó o que cuando me levanté Mohamed no me despertó para despedirse de mí y siento que todo vuelve como antes. Odio sentirme así. Emily me acerca el plato de frutas y me quedo viendo el plato. Suelto un suspiro pesado. —No sé en qué quedamos hoy Emi —me como una banana partida —¿Por qué no me levanto? —Porque eres preciosa durmiendo y no te quería molestar. Eso llamó mi atención. —Eso no diría Mohamed. Definitivamente no lo haría. —Eso solo una idea —Emily termina de limpiar la encimera y se vuelve a mi—Deje de darle vueltas y ve a ver lugares. —Vienes conmigo, no quiero ir sola y no estoy para ver a Samantha, ni … Emily hace un gesto con la mano, quitándole importancia a otra que voy a nombrar. —Me convenciste diablilla—me dice en tono divertido. —Esa soy yo —le guiño un ojo —Te tengo un chisme, los vecinos follan a lo rudo y los vi. Ella me dio una sonrisa cómplice. —Fue eso lo que provocó que Mohamed te… Me ardía la piel. Y me llevé la última fruta a la boca. —Eres una sabelotodo y eso me cae mal. Me levanté del taburete y me fui a mi habitación. —Estés lista. en una hora. Nada como estar recién bañada y muy bien presentable. ¡Aja! Esa soy yo, una joven muy ilusionada viendo el lugar de sus sueños, pero algo me frena. El lugar es bastante grande, pero. —Deje de sacarle peros Fiorella, aquí te queda perfecto la galería —me dice Emily viendo el lugar asombrado. Sí, es perfecto para lo que quiero, se ve elegante, muy sofisticado, sin embargo, hay algo que no me gusta. Quiero algo vintage, más yo. —Sí Emi, es el segundo que veo y necesito sentir que es el correcto. Ella siente. —Claro eso solo lo siente una artista. —Exacto. Salimos del lugar con una sonrisa y Emily hablando de lo perfecto y lindo que es el lugar y la deje de escuchar, porque algo me llamó la atención al otro lado, un hombre y no cualquier hombre si no al que vi ayer. —¡He! Llamando a Fio a tierra —me dijo Emily—¿Qué estás viendo? Le señalo con la cabeza —A él—le dije con un suspiro. Está al otro lado de la calle hablando con alguien más y veo su sonrisa, desde lejos. Lo que me llama la atención es lo relajado que está, se ve tan joven, puede que tenga la misma edad que Mohamed, pero bueno chicas mi esposo se ve más cansado y tenso. Obviamente se debe a su trabajo y no solo eso, la vida de casado es un poco más difícil. —Fiorella, ese hombre es de revista—yo seguía viéndolo — creo que los mismos dioses lo esculpieron, porque hasta el trasero es precioso. Vuelvo a ver escandalizada a Emily. —¿Me estás diciendo que lo ves atractivo? Emily me mira de atónica. —¿Me estás hablando en serio? —me pregunto sorprendida. Asiento. —Él no es atractivo, él es más que eso. ¿No ves esa sonrisa? Deseo que, aunque sea me vuelva a ver y me la de. ¿Adivinen? El Señor plateado le cumplió el sueño a Emily. Nos volvió a ver y nos sonrió, hasta levantó la mano en modo de saludo. Emily levantó la mano de ella y lo saludó y este se echó a reír. —Creo que estoy muerta —me susurró entre dientes —Viene para acá y tú me dejarás para irme con él. —Mala noticia. No te dejaré. —Eres una egoísta —se queja—Yo si te tengo que escuchar gritar. —Ni modo, no tienes más elección. Primero, porque tenemos que seguir viendo las demás galerías y segundo, porque jamás la dejaría con un extraño que me parece muy guapo. Aunque si la mata follando, sería una muerte increíble. —Hola, señoritas —su voz es tan varonil, que hasta escuche donde Emily soltó un gemido suave. —Señora —tartamudea Emily. Él la vuelve a ver sonriendo. —Discúlpeme —se corrige—Señorita—me vuelve a ver y después a ella—Señora. Emily negó con la cabeza. —La señora es ella —me señala con la cara —Yo soy la señorita. El me mira sonriendo. —Lo sé —me guiña un ojo —Lo que sueño que no lo sea. Desde aquí escucho donde le cae la quijada al suelo a mi ama de llaves. —¿La conoces? —le pregunta incrédula. —¿Nos conocemos, señora? —le dijo sarcástico. Negué con la cabeza. —No. Y no lo quiero conocer —le dije con voz temblorosa —Adiós. Tomé de la mano a Emily y empecé a caminar con rapidez para alejarme de esta sensación extraña. Lo que me preocupa es mi corazón, con pum pum pum cuando lo vi. Eso debería ser para Mohamed. —Explícate —me pidió Emily. —Ayer cuando estuve con las chicas… Y así fue como le conté cuando lo vi por primera vez. Los ruidos que hacía Emily me daban risa y ella me miraba mal. —Ser hermano de Amber no te da una señal? —me dice nuestra llegamos a un lugar que queda cerca de donde tiene la tienda de tatuajes el esposo de Amber. Al entrar las dos nos quedamos con la boca abierta— Yo creo que esto es el destino —Yo también lo creo —estuve de acuerdo. Emily se volvió a mí. —No Fio, no por esto sino por él—me dice Emily viéndome a los ojos —Jamás en mis años para lo que he trabajo para ti, te he visto mirada a Mohamed así y eso que lo amas. —No digas tonterías — le pedí, el lugar era perfecto para lo que quiero — Buenas. —No son tonteras, es la verdad —ella camino a mi lado viendo los ventanales— Él te miró como si fueras lo más hermoso en el mundo y sabes que esto es el maldito destino vea para allá. Emily me señala y vemos al mismo hombre sentado en una de las sillas al lado del que renta el lugar. —Señoritas —Ella es señora y la otra si es señorita—lo corrige, Señor plateado— te las presentaría por el nombre, pero no tengo ese privilegio. Todavía. El hombre lo vuelve a ver con una sonrisa. —Eso es lo de menos—nos señala el lugar —¿Qué te parece el lugar? ¡Me encanta! grite para sí misma, pero si digo que si, ya es algo verdadero y siento miedo de no poder hacer realidad mi sueño. Emily me vio y sonrió. —Nos encanta —se apresuró a responder Emily —Se que a Fiorella también. Me quedo sorprendida viendo a Emily contestar por mí. Un punto para ella, pues es la verdad. Es precioso y perfecto. —¿Dónde tengo que firmar? —le pregunté al señor. Sentía donde me quemaba la mirada de Sawyer. —Pase por aquí —me señala el lugar que será mi oficina — Ahí tengo los documentos listos. Asiento y camine delante de él.
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